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    Dra. Jade

    Capítulo 9 DJ

    14/05/2025

    Jade

    Tenía el anillo de jade verde en mi bolsillo, solo necesitaba encontrar el momento adecuado para entregárselo a Leo, y explicarle el por qué quería que lo llevara. Encontrarlo no fue difícil, no era más que un anillo de la abundancia para la cultura china, había muchos lugares donde podía adquirirlo, o mejor dicho, adquirirlos, porque eran dos. Leo tendría el suyo y yo tendría el mío. Así seríamos una pareja.

    Conseguir el tamaño adecuado no fue tan complicado como pensaba, solo me bastó con un juego aparentemente inocente, en el que calculamos las diferencias entre sus dedos y los míos. El pobre picó cuando le dije que tenía dedos finos de cirujano.

    Y ahí estaba yo, esperando a que llegara a su despacho después de su última ronda. Me pareció que era demasiado impaciente por mi parte el ir a buscarlo, me hacía sentir como una acosadora. Aunque ahí estaba, acechando en el pasillo a que apareciese, mientras acariciaba con las yemas de mis dedos la bolsa de terciopelo en la que estaban los anillos.

    —Te pillé. —Su voz ronca susurró en mi oído, provocándome un sobresalto.

    —Me has asustado. —reconocí. ¿No se suponía que llegaría por el otro extremo del pasillo? Eso sólo podía significar que venía de la torre.

    —Seguro que estabas tramando algo malo —me guiñó un ojo. —Me cambio y nos vamos, ¿te parece?

    —A eso he venido. —Le seguí mientras entraba en su despacho.

    —Tu hermano me ha recomendado un local donde hacen una pizza rellena que está muy rica, o eso dice.

    —Se me está haciendo la boca agua. —reconocí. Aunque no me parecía un lugar con demasiado glamour para celebrar ¿podría llamarlo pedida de mano? Iba a entregarle un anillo, no sé, estas cosas pedían a gritos un restaurante elegante. Aunque claro, mi anillo no tenía un diamante enorme. ¡Agh!, ¡centrate Jade!

    —¿Estás bien?, pareces algo distraída. —Alcé la vista para toparme con su pecho desnudo. Sí, distraída estaba para tener eso delante y no saltar sobre él.

    —Solo estaba pensando. —Mi respuesta le hizo fruncir el ceño, pero no detuvo lo que estaba haciendo, regalándome una buena panorámica de sus calzoncillos. ¿Había cerrado la puerta? Porque si alguien veía esto… Giré la cabeza para comprobarlo. No, estaba cerrada. Bien, este espectáculo era solo para mí, ninguna otra mujer disfrutaría de mi chico en ropa interior, a menos que fuese médico y…

    —Algo que te preocupa. —Terminó de subir la cremallera de su pantalón, para después aferrarme por los brazos, tratando de que le prestase atención.

    —Preocuparme no es la palabra. —Puse mis manos sobre su duro pecho, para llevarle hasta su mesa, donde apoyó su trasero. Sus cejas se alzaron, para después dar paso a una sonrisa traviesa.

    —¿Quieres tomarte el postre antes? —Sus brazos empezaron a envolverme, pero me resistí, confundiéndole de nuevo.

    —Yo…

    —¿Estás embarazada? Porque te aseguro que eso no es un problema, solo es algo inesperado y… —Sus manos me aferraban con firmeza, aunque sin ejercer presión en mis brazos.

    —No estoy embarazada. —le aseguré. Aunque almacené en mi memoria su reacción para cuando eso ocurriese. Tenía que reconocer que había reaccionado bien, no entró en pánico.

    —¿Y estamos bien? Porque no he notado que algo fuese mal. —Ahí sí que noté algo de miedo en su voz.

    —Estamos bien —él respiró aliviado.

    —Entonces ¿qué ocurre? Porque me tienes al borde del infarto. —Eso me hizo sonreír.

    —Somos novios, ¿verdad?

    —Por supuesto que sí.

    —Y esto es algo serio.

    —Tanto como tú quieras que sea —me aseguró.

    —Hasta ahora lo hemos mantenido en secreto, como si fuese una relación clandestina.

     

    —Por las normas del hospital —me recordó.

    —Las normas dicen que no se puede confraternizar íntimamente entre personal del hospital dentro de las instalaciones. No dicen nada de las relaciones de pareja entre trabajadores.

    —¿Quieres decirme que deseas hacer pública nuestra relación? —Una sonrisa arrogante apareció en sus labios, mientras cruzaba los brazos frente a su pecho. El idiota sabía que estaba para comérselo, por eso hacía ese gesto que resaltaba sus bíceps.

    —Algo más que eso. —Su ceja derecha se alzó curiosa.

    —¿Más?

    —Quiero que todo el mundo sepa que estás conmigo, no con cualquier otra. —Me recosté sobre su cuerpo, pasando mis brazos alrededor de su cuello de forma posesiva. Podía notar el calor que desprendía su cuerpo incluso a través de mi ropa.

    —Ahá. ¿Y qué propones? —sus manos se deslizaron por mi espalda hasta alcanzar mi trasero, haciéndome muy difícil seguir con mi línea de pensamiento.

    —Quiero que lleves algo que avise a todas las mujeres de este hospital que eres mío.

    —Me grabaría tu nombre a fuego en la piel si es lo que quieres. —Su voz sonó tremendamente ronca y sexy al decirlo, arrancándole un estremecimiento a cierta parte de mi anatomía.

    —Empecemos por algo menos doloroso, como un anillo. —Sus cejas se alzaron sorprendidas.

    —¿No se supone que debe ser el chico el que compre el anillo a la chica?

    —Bueno, yo había pensado en algo diferente —me separé de él para meter la mano en mi bolsillo y sacar la bolsita del tesoro. Volqué el contenido en mi mano, hasta que se vieron ambos anillos.

    —Ahí hay dos.

    —Uno para ti y otro para mí. —Tomé el grande, y empecé a colocarlo en uno de los dedos de su mano izquierda, donde sabía que no le molestaría para escribir.

    —¿Verde?

    —Son de jade. —Le vi sonreír al advertir su significado.

    —¿No tendría que venir con una pregunta antes de ponérmelo? —¿En serio?

    —¿Tengo que hacerla? —Estaba a punto de ponerme el mío y sellar el vínculo, cuando él me lo quitó de los dedos.

    —Este tengo que ponerle yo. —Tenía razón.

    —Está bien. —Estiré mi mano hacia él para que lo colocara. Espera, ¿estaba clavando una rodilla en el suelo?

    —Jade Sokolov, ¿quieres casarte conmigo? —En ese instante lo único verde allí no fue el anillo.

    —¿Eh? —Decir que me pilló desprevenida era quedarse corto.

    —Yo… Lo siento. Creo que me he precipitado. —Ah, no. De eso nada. —Olvídalo. —No podía dejarle con aquella cara de decepción, porque no le estaba diciendo que no, era solo que era demasiado repentino.

    —¿De verdad quieres que me case contigo? —pregunté. Apenas llevamos unas semanas de relación. —le recordé.

    —Puedes llamarme loco, pero algo dentro de mí está completamente seguro de que eres perfecta para mí. Nunca he tenido una conexión con otra persona como la siento contigo. Solo creí que… Olvídalo. —Apartó la mirada de mí, como si lo más interesante en ese momento fuese buscar el resto de la ropa que le quedaba por ponerse. Tomé su rostro entre mis manos y lo obligué a mirarme de nuevo.

    —Sí quiero.

    —¿De verdad? —Su expresión se iluminó como 100 soles.

    —Creo que estamos locos los dos, así que ¿por qué no? La vida es demasiado aburrida si no se toman algunos riesgos. —Sus brazos me aprisionaron contra su pecho, lo que no me incomodó en absoluto, todo lo contrario.

    —Me he embarcado en viajes que daban más miedo que este, así que no voy a arrepentirme. —me aseguró. Y le creía.

    —¿Podemos sellar este trato? —Dibujé sobre su piel con mi dedo, dejándole bien claro de qué estaba hablando.

    —Preferiría hacerlo en un lugar más privado y más cómodo, pero si tienes prisa… —Deslizó la mirada sobre la mesa de su despacho. No era precisamente lo más idóneo, pero como él acababa de decir…

    —Tengo mucha prisa. —No le di tiempo a replicarme, asalté su boca con ganas.

    ¿Tengo que explicar lo que ocurrió allí? Solo decir que salimos de su despacho con varios pares de cosas en su sitio; anillos, sonrisas y ganas de ratificar nuestro compromiso en nuestra nueva residencia de pareja. Por la expresión de Leo, sabía que no iba a encontrar ningún inconveniente en que se trasladase a mi apartamento.

    En cuanto a decírselo a la familia… Mejor esperábamos a que Leo se recuperase de la última celebración Vasiliev.

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    3 Comments
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    3 Comments

  • Reply Capítulo 8 DJ – Iris Boo 14/05/2025 at 22:11

    […] Seguir leyendo […]

  • Reply Lili 15/05/2025 at 19:58

    los dos asegurando jaja, que nadie mire lo que es suyo

  • Reply Yanet 16/05/2025 at 19:46

    Guao, me gustó mucho este capitulo

  • Responder a Yanet Cancel Reply

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