El control y la perfección son los pilares sobre los que se sostiene para que nada la derribe. Pero incluso los árboles más fuertes caen cuando les pasa por encima un huracán, y él lo es.
Desde el momento en que ella se lanzó sobre mí en el ascensor, en ese mismo instante en que yo le seguí el juego, ya sabía que iba a ser un error. Alcohol, fiesta… una química incontrolable y cero inhibiciones. Estábamos abocados a la perdición.