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    Dra. Jade

    Capítulo 16 DJ

    02/07/2025

    Jade

    El movimiento de la cucharilla dando vueltas en mi taza de café no era lo que me tenía abstraída, sino lo que había ocurrido aquella mañana. Esto no estaba en el plan, no al menos ahora. Pero estaba aquí, o parecía que lo estaba.

    Dejé escapar un pesado suspiro, antes de tomar otro sorbo de café, frío. Tenía que dejar de pensar en ello y afrontarlo. Busqué en mi teléfono la droguería más cercana, y calculé lo que tardaría en ir hasta allí, comprar un test de embarazo, buscar un baño y mear sobre el dichoso palito. Unos minutos y sabría si la madre de Leo tenía razón.

    Ella fue la primera en darse cuenta, de que mi estómago no había reaccionado de aquella manera por unos simples huevos revueltos, con lo que fuera que llevaban encima. Cuando terminé de vomitar, me la encontré parada bajo el marco de la puerta, observándome con esa cara de “sé lo que te ocurre”.

    En silencio me acompañó de regreso a la cocina, donde me sirvió un vaso de zumo de naranja recién exprimido, se sentó frente a mí y esperó. Parecía como si mantuviésemos una extraña conversación sin decir palabra. Ella sabía lo que me ocurría, y yo me estaba haciendo a la idea de que era posible.

    —¿Cuándo se lo vas a decir? —se atrevió a preguntar finalmente.

    —Cuando esté segura de que tienes razón. —Alcé la vista hacia ella, dejándole claro que esto era algo que no esperaba, algo con lo que no contaba. ¡Diablos!, habíamos tenido cuidado.

    Por suerte no tuve que hacer frente en ese momento a la responsabilidad que conllevaba esa noticia. Leo y su padre ni siquiera sospechaban lo que había ocurrido, porque sencillamente no estaban allí. Ocultarle lo ocurrido a Leo, que era médico como yo, habría sido algo complicado. Así que di gracias al cielo por darme la oportunidad de asimilar el cambio que aquello significaba, antes de tener que lidiar con el otro implicado.

    El no tener que acompañarlos a aquella cita con los abogados, me dio el espacio y el tiempo de llevar a cabo la prueba y asumir el resultado. ¿Aterrada? No era miedo, sino una sensación de vértigo que me arrastraba hacia un lugar al que no estaba preparada para caer. No es lo mismo marcarte un objetivo e ir a por él, que de repente encontrarte con una sorpresa como esta.

    Al menos había algo bueno en todo ello, y era que Maya no montó un drama ni me acusó de ir detrás de la fortuna de su hijo, ahora que iba a heredar lo que fuera que le había legado su bisabuelo.

    Leo

    El ambiente se fue enrareciendo a medida que el notario iba desglosando lo que le correspondía a cada una de las personas que estábamos allí reunidas, aunque empezó de forma totalmente diferente. El que explicasen que la parte que no se repartiría a los ausentes, como el primo Alastair, entre el resto, animó a casi todos, porque eso significaba que su parte engordaría un poco más.

    Pero justo en cuanto empezaron a repartir, la gente dejó de guardar silencio para quejarse y maldecir. Lo que el viejo diablo estaba haciendo era dejar una pequeña cantidad en sus cuentas que solo cubrirían sus gastos mensuales y poco más. Ni propiedades, ni acciones, ni grandes cantidades de dinero. Según todos, una miseria.

    Mi pequeña rama familiar fue la última en recibir su minúsculo estipendio, y aunque mis padres lo aceptaron sin abrir la boca, el resto de herederos ya estaban advirtiendo de que pensaban impugnar el dichoso testamente. Y les creía, había demasiado dinero en las cuentas de Jasper como para dejar que escapara a alguna fundación o algo parecido.

    —Y por último, a mi bisnieto Leonidas, le dejo la parte más importante, ya que deseo que ocupe mi puesto como cabeza de familia. —Perplejo, así me había dejado.

    —¡¿Qué?! —No, no fui yo quién lo dijo, mis músculos se habían quedado paralizados, dejándome incapacitado temporalmente para hablar. Vamos, lo que habitualmente se califica como estar en shock.

    —¿Cómo que el cabeza de familia? —Como primogénito, el tío Magnus debería haber sido el elegido, así que entendía su cabreo. Además, era el único que se había preocupado por formar parte de los negocios del bisabuelo. Todos asumíamos que él sería su sucesor, salvo claro, el propio Jasper, que tenía otros planes.

    —No quiero ese puesto. Lo rechazo. —dije con energía. ¿Yo ocupando el puesto de Jasper? Ni drogado.

    —El señor Kingsdale ya contaba con esa respuesta, así que preparó un anexo para que solo usted, señor Leónidas, tuviese constancia del motivo por el que no debe rechazar el cumplimiento de sus últimos deseos. —El abogado abrió un pequeño ordenador portátil, en el que parecía estar preparado un video que tenía al abuelo Jasper como principal actor.

    —¿Quieren que nos vayamos? —protestó el tío George con indignación. Algún día puede que explique lo de nuestros parentescos, pero no voy a detallar ahora quién es tío carnal, tío abuelo o ese tipo de cosas.

    —Si pudiesen cedernos un despacho por unos minutos, supongo que mi cliente podrá visionar el testamento oral del finado, sin el perjuicio de que el resto de herederos deba abandonar la sala. —Dimitri estuvo rápido, atajando las protestas de los presentes.

    —Sí, por supuesto.

    Nos acompañaron hasta una pequeña sala, en la que dejaron el ordenador sobre la mesa. Dimitri cerró la puerta cuando el hombre se fue dejándonos solos. En cuanto estuvimos preparados pulsé el play, haciendo que el rostro de Jasper cobrase vida, bueno, o el resto que debía de quedarle a él en ese momento. Era evidente que estaba en una cama de hospital, enchufado a todos los aparatos que controlaban sus constates, además de aquellos que debían de mantenerlo vivo, ya saben, oxígeno, calmantes… ¡Oh, mierda!, ahora entendía, el viejo había estado sus últimos días preparando todo esto.

    —Hola, Leo. Como ya has escuchado, mi deseo es que seas tú el que ocupe mi puesto al frente de la familia. Y antes de que pienses que puedes impugnar mi testamento, cosa que apoyarían el resto de ratas que llevan mi sangre, te diré que todo ha sido redactado, firmado ante notario y con testigos. —Cómo no, se había asegurado de que así fuera. —Soy consciente de que no tienes idea de como manejar un conglomerado de empresas como es el mío, por eso no voy a poner impedimento alguno en que contrates a quién creas necesario para ayudarte a manejar este enorme barco. Eres una persona inteligente que sabrá encontrar a los profesionales que te ayuden a dirigir todo esto. En poco tiempo seguro que te habrás hecho con el control, estoy seguro. Básicamente mis empresas funcionan solas. Yo solo soy el capitán que toma las decisiones importantes. Como en un gran navío, el capitán no es el que lleva el timón ni se encarga de todas aquellas nimiedades que mantienen el barco a flote, de eso se encarga el personal cualificado para hacerlo. Yo me reunía con la junta directiva de cada empresa cada tres meses, para que me pusieran al corriente y darles las directrices a seguir. Con el tiempo, con que les dediques una semana al mes será suficiente.

    —Yo ya tengo un trabajo —dije en voz baja. No quería cambiarlo, no quería ser un empresario. Soy médico, y deseo… necesito seguir siéndolo.

    —Seguro que estás pensando en rechazar tu herencia, en dejar que el resto de víboras se reparta el legado que tú no quieres. Y ellos estarían encantados, soy consciente. Pero ese no es mi plan.

    —No me importa lo que quieras.

    —Antes de que rechaces mis últimas voluntades, te diré que no estás escapando de ellas, sino que estarás arrastrando al resto.

    —¿Qué?

    —Si tú no ocupas el puesto, si abandonas el barco, todos tendrán que hacerlo. Tú no necesitas mi dinero, lo sé, ni tus padres. Pero ¿qué será de tus abuelos? ¿de tus tíos? ¿de tus primos? Esos inútiles se han pasado toda su existencia viviendo a cuerpo de rey sin dar un palo al agua. No tendrán ningún ingreso de dividendos, no disfrutarán de las viviendas que les he cedido para su uso. Los estudios que les he pagado no son más que títulos vacíos que nunca han aprovechado y que no sirven de nada más que para adornar una pared. Esos ineptos no saben ni vestirse solos. Si tú te vas, ellos se quedarán en la calle, y tú y yo sabemos que no podrán sobrevivir.

    —Vaya un regalo —se atrevió a decir Dimitri.

    —Puedes decir que no te importa, que tú tampoco sientes especial afecto por ninguno de ellos. Pero te conozco, tienes demasiado buen corazón como para dejarlos tirados a su suerte. —Sí, el Leo de antes no lo hubiera hecho, pero el de ahora no estaba tan seguro. Aunque fuesen mala gente antes eran mi única familia, pero ahora había encontrado a otra mucho mejor, una que no me clavaría un cuchillo por la espalda en cuanto tuviesen la oportunidad. Es más, estoy convencido que se interpondrían entre ese cuchillo y mi persona. —Así que el resumen sería no puedes rechazar la herencia o ellos acabaran desheredados, y todo pasará a un fondo que se encargará de sufragar las campañas políticas de esos desgraciados que quieren dirigir este país. Seguramente será a uno de esos que recortan derechos a los trabajadores que has ido a ayudar en tus docenas de viajes al extranjero. —El viejo sabía dónde meter el dedo para hacer daño. —Tampoco puedes vender las empresas. O contigo al frente, o en manos de la gestora del fondo. No hay término medio. Así que decídete, lo tomas o lo dejas. —Su sonrisa arrogante me decía que él ya imaginaba cuál sería mi decisión. —Buen chico.

    —Cabrón —le acusé.

    —Seguramente yo vaya directo al infierno, si es que existe. —Podía escuchar lo que no dijo en voz alta; “tú lo vivirás cada día hasta que mueras”. —Pero me iré tranquilo sabiendo que lo dejo todo atado aquí.

    3 Comments
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    3 Comments

  • Reply Lledó 04/07/2025 at 13:00

    vaya personaje ese Jasper, por suerte Leo, tiene una rambfamilia de negociantes y poco a poco será otra rama más de Vasiliev & co.

  • Reply Yanet 04/07/2025 at 18:11

    GUAO——
    Este capítulo me dejó patidifusa. jajajajajajajajaja
    Que gran noticia la de Jade, van a ser papas
    Esto se pone muy bueno

  • Reply Ana 05/07/2025 at 00:57

    Sorpresa por partida doble jaja. Será empresas del conglomerado Vasiliev, casamiento en puerta habra

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