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    Kiril

    Capítulo 4 K

    06/05/2020

    Kiril

    —Uf, tengo que irme. — Sheila se puso en pie al tiempo que sacudía sus manos para limpiarlas. No es que me interesara su vida privada, pero ¿dónde demonios tenía que ir? Se suponía que acabábamos de llegar.

    —Es un poco pronto para una cita romántica. —Otra vez Adrik metiéndose con la pobre chica. Pero no iba a meter baza en ese asunto, ella sabía defenderse bastante bien sin ayuda de nadie.

    —Estás un poco chapado a la antigua, Adrik. Eso que estás pensando se puede hacer a cualquier hora del día. —¡Toma!, en todos los morros. Pero Adrik recibió el golpe con elegancia. Solo sonrió y le concedió la victoria.

    —Tiene usted razón, señorita. Que lo pase bien. —¿Cómo que lo pase bien? Se supone que tenemos que cuidar de ella.

    —Puedo acompañarte si quieres. —Estaba claro que era mi turno, así que me ofrecí. Ella pareció estudiarlo unos segundos, revisó la hora en el reloj y luego suspiró.

    —Vale. —Me puse en pie, me sacudí las manos igual que ella y rebusqué en el horizonte a ver si encontraba una fuente en la que rematar el trabajo. Una costumbre que adquirí gracias a mi hermana.

    Con su enfermedad todos aprendimos a caminar a su alrededor como si fuera a romperse. Cuidábamos nuestra higiene, la alimentación, incluso nuestra propia salud. Una gripe era mala para alguien normal, si ella tenía que luchar con lo suyo, añadirle otro agente desestabilizador a su cuerpo se lo haría pasar realmente mal. No quería que Nika volviese al hospital, no si podía evitarlo. Y no era solo yo, sino mis padres. Al principio tenía tanto miedo a hacerla daño que no me atrevía siquiera a acercarme a ella, no si quiera a abrazarla. Menos mal que todo parecía ir mejor ahora. Pero ya saben lo que se dice, es mejor mantener las buenas costumbres, por si acaso.

    —Os veo luego en la residencia. —Les lancé a los chicos una de esas miradas que dejaban bien claro, que si los necesitaba, procedería con el protocolo habitual. Solo una llamada perdida, y la caballería llegaría allí donde estuviera. Es lo bueno de tener un teléfono sincronizado con localizador. La tecnología era muy útil en este tipo de cosas. Los chicos asintieron de manera formal, incluso Adrik. Como dije, era tratar un asunto serio y él cambiaba el chip.

    —Sácale una foto a ese ligue suyo. —bromeó Adrik. Al menos es lo que pensó Sheila, porque la vi poner los ojos en blanco. Pero no era del todo una burla, sino que me acababa de recordar no perder detalle, a ser posible que enviara una foto. Seguro que estaba tan intrigado como yo.

    Caminamos hasta llegar a la parada del autobús, tomamos el transporte con el número 7 que llegó en menos de un minuto, y avanzamos 4 paradas hasta llegar a nuestro destino. Cada vez tenía más curiosidad por saber qué asuntos la traían al otro extremo del campus, casi que podría decirse que estábamos en la otra punta.

    —Es aquí. —Me fijé mejor en el lugar. —¿Te importaría esperar aquí?

    —Sin problema. —¿En una cafetería? ¿Con quién había quedado? ¿Algún tipo de esos raros? Al menos había escogido un lugar público.

    Sheila se acercó a al mostrador, charló con un chico, y después se fueron hacia el otro extremo. Si ella desaparecía, o le pasaba algo, ya tenía una cara a la que pedirle explicaciones. Me quedé allí esperando un buen rato, hasta que ella salió con aquel mismo chico. Se despidieron con una sonrisa, y después ella se acercó al lugar donde yo estaba. No me pasó desapercibida la bolsa que ahora llevaba en la mano. ¿Qué habría allí dentro?

    —Ya podemos irnos. —Mi cuello se estiró para tratar de ver lo que había allí dentro.

    —¿Qué tienes ahí? —Ella retiró la bolsa impidiéndome descubrirlo.

    —Eres demasiado cotilla. —¿Cómo le explicabas a una chica que cotilleabas en sus cosas para hacer un mejor trabajo protegiéndola?

    —Eso dice mi hermana. —Solo me encogí de hombros para quitarle importancia, pero eso no quería decir que no acabara descubriendo lo que había allí metido. La tía Lena dice que los Vasiliev somos un poco gatos, por lo que curiosos.

    Caminamos en silencio un par de minutos, hasta que en mi cabeza empezó a destacar cierta información…

    —Así que quieres comprarte un coche. —ella giró el rostro hacia mí para contestar.

    —Sí. —Le di vueltas al motivo por el que querría tenerlo, y solo se me ocurría una razón.

    —Será más cómodo ir a visitar a Jade a Stanford si tienes tu propio vehículo. —Sheila me dio una pequeña sonrisa.

    —No se te escapa nada. —Era una deducción fácil, no tenía gran mérito.

    —Tampoco es que tu lo hayas mantenido en secreto.

    —¿Lo dices por lo de Luka? Eso fue idea de Jade. Pensó que me ayudaría a negociar un mejor precio. —Eso era verdad, nada como un Vasiliev, tuviese la edad que tuviese, para inclinar la balanza a tu favor. Aunque a una compra yo me llevaría a la tía Lena, ella es un crack.

    —En estos casos es mejor llevar a un chico. —Su ceño se frunció hacia mí.

    —¿Crees que yo no podría conseguir un buen precio? —¿Se había ofendido? Parece que sí.

    —Corrígeme si me equivoco, pero tú no tienes ni idea de coches ni de motores.

    —Eso no lo sabe el vendedor. ¿Quién podría decir que no soy una friki de esas cosas? Hay chicas que saben mucho de coches. —Vaya, apareció la chica que no le gusta que la encasillen.

    —Pero tú no eres una de ellas. —Volví a recordarle.

    —El tipo que me va a vender el coche no va a saberlo.

    —En cuanto te cuele un trasto viejo por un precio superior al que merece, seguro que se da cuenta. —No hay nada peor en esta vida que fingir lo que no eres. Tarde o temprano la máscara se cae. ¡Ah, mierda! Eso no iba por mí. Yo no finjo ser un corredor aceptable, es sencillamente que no quiero ser excepcional. No estoy motivado para ello, y eso es lo que define a un corredor ¿verdad? La motivación.

    —Entonces regatearé. —Esta vez fui yo el puso los ojos en blanco.

    —Regatear lo hace todo el mundo, Sheila. Quieras o no, los tópicos son los que funcionan. Los hombres entienden más de coches que de mujeres, y aunque Luka no sepa distinguir un motor nuevo de uno viejo, no quiere decir que el vendedor piense que tu estés mejor preparada que él en ese tema.

    —Así que me venderá un coche suponiendo que Luka entiende de estas cosas. —Sí que estaba enfadada. Estaba claro que no era de esas chicas a las que les gusta que la hagan de menos.

    —La realidad es la que es. Tú pagarás el coche, pero será Luka el que lo compre, al menos es lo que el vendedor va a pensar. En estos casos es mejor no luchar contra lo que no puedes cambiar. Acepta que el tipo piense lo que le de la gana, lo importante es que consigas un buen coche a buen precio. Se trata de eso ¿no? —Lo vi, ese momento en que está a punto de replicar, pero se da cuenta de que mi razonamiento es correcto. El aire se quedó atrapado en sus pulmones un par de segundos, y después se rindió.

    —Supongo que tienes razón.

    —La negociación es lo mío. —¿Por qué había dicho eso? El que empezaba a apabullar a la gente dando datos era Luka, él si que era capaz de poner a cada uno en su sitio. Adrik utilizaba su encanto, el idiota sabía ser encantador cuando se lo proponía. Yo no era como ellos, yo… yo no era tan bueno en esas cosas.

    —Entonces tal vez sería mejor que me acompañaras tú. —¡¿Qué?!

    —¿Yo?

    —Claro, a fin de cuentas, la venta de un coche de segunda mano no es más que una negociación. —No tenía que meterme en un jaleo como ese, Luka era mejor opción que yo.

    —De acuerdo. —Sencillamente estaba loco.

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    2 Comments
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    2 Comments

  • Reply Yesenia 06/05/2020 at 7:41 PM

    ya se acerco, primer paso dado

  • Reply Barby 07/05/2020 at 3:09 AM

    Paso a paso… Pero de a poco se van a ir acercando y estoy ansiosa por ver eso

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Bienvenid@s a mi blog. Lo primero de todo, agradecerles su apoyo y fidelidad, pues es gracias a ellos, que he dado este salto: crear este punto de encuentro entre lectores y autor, donde podrán encontrar mi trabajo antes que en otras plataformas de lectura libre online. Si han llegado hasta aquí es porque ya me conocen, o han leído parte de mi trabajo. Para quienes me acaban de descubrir, solo decirles que soy una escritora de novela romántica, y que, en este espacio, al igual que ocurre en wattpad, podrán encontrar la mayoría de mis obras para poder leerlas libremente. Eso sí, les pediría que no plagien mi obra, ya que para mí supone un gran esfuerzo crear todo este material, y mucho más el ponerlo a su disposición. Además, que parte de ella, está protegida por los derechos de autor, ya que está inscrita en el registro de la propiedad intelectual. El objetivo de este blog es hacerles llegar, aunque de forma algo tosca, las historias que se acumulan en mi cabeza. Por eso espero que disculpen el que el material no esté pulido como sería propio de una gran escritora que presenta su obra al público. Pero no dispongo de nadie, como ocurre con otros autores, que se encargue de revisar, corregir y pulir mis escritos. Solo soy una sencilla persona con medios limitados, que intenta llegar a todas aquellas personas que desean disfrutar con las locas historias que pueblan esta cabeza inquieta. Si desean tener algunas de mis obras en formato físico, pueden hacerlo. Consulten en el enlace que encontrarán en la columna de la derecha. Sin más, espero que disfruten de mis escritos, que rían, lloren, se enfaden… pero, sobre todo, que terminen cada historia con una sonrisa en su cara, y con esa sensación de que, por un rato, se han evadido de la realidad para permitirse soñar conmigo. Sigan a mi lado, y les daré algo dulce, salado o picante, pero no demasiado, porque quiero que vuelvan siempre a por más.
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