Close Sidebar close
Iris Boo
  • Inicio
  • Blog
  • Biblioteca
    • Árboles genealógicos series Préstame y Legacy
    • Serie Origins
      • Ruso negro
      • Diablo Ruso
      • Mi griego
      • Universitas
    • Serie Préstame
      • ¡Préstame a tu novio!
      • ¡Préstame a tu cuñado!
      • ¡Préstame a tu hermano!
      • ¡Préstame tu piel!
      • ¡Préstame tu corazón!
      • ¡Préstame tu fuerza!
      • ¡Préstame tu sonrisa!
      • ¡Préstame tu calor!
      • ¡Préstame tu nombre!
      • ¡Préstame tu protección
      • ¡Préstame tus lágrimas!
      • ¡Préstame tus ojos!
      • ¡Préstame tu boca!
    • Serie Legacy
      • Dimitri
      • Anker
      • Tasha&Drake
      • Nika
      • Kiril
      • Goji
      • Grigor
    • Saga Elementos
      • Soy Agua
  • Tienda
    • Solicitar libro dedicado
    • Pedido lote libros
    • Reserva libro
  • Sobre Iris Boo

  • Inicio
  • Blog
  • Biblioteca
    • Árboles genealógicos series Préstame y Legacy
    • Serie Origins
      • Ruso negro
      • Diablo Ruso
      • Mi griego
      • Universitas
    • Serie Préstame
      • ¡Préstame a tu novio!
      • ¡Préstame a tu cuñado!
      • ¡Préstame a tu hermano!
      • ¡Préstame tu piel!
      • ¡Préstame tu corazón!
      • ¡Préstame tu fuerza!
      • ¡Préstame tu sonrisa!
      • ¡Préstame tu calor!
      • ¡Préstame tu nombre!
      • ¡Préstame tu protección
      • ¡Préstame tus lágrimas!
      • ¡Préstame tus ojos!
      • ¡Préstame tu boca!
    • Serie Legacy
      • Dimitri
      • Anker
      • Tasha&Drake
      • Nika
      • Kiril
      • Goji
      • Grigor
    • Saga Elementos
      • Soy Agua
  • Tienda
    • Solicitar libro dedicado
    • Pedido lote libros
    • Reserva libro
  • Sobre Iris Boo
Iris Boo
Iris Boo
    Soy Agua

    Capítulo 36 SA

    12/11/2019

    Primer día mi vuelta a clase. Los profesores fueron comprensivos con lo sucedido, y accedieron a repetirme los exámenes a los que no puede presentarme. Y no es porque fueran excesivamente magnánimos, sino porque aún no habían entregado las notas de los exámenes a mis compañeros. Así que me preparé mentalmente para hacer 5 exámenes en dos días. Sí, ¡genial!, ¿notaron la ironía en mi voz?

    Cuando regresé a casa, me sorprendí a mí misma mirando en todas direcciones, vigilando, como si temiese que alguien apareciese de repente en mi camino, alguien…

    —¿Todavía tienes miedo? – Isabel me observaba apenada.

    —Sé que no va a volver a ocurrir. – ella aferró más fuerte mi brazo y tiró de mi hacia el portal de nuestra casa.

    —No, porque aquí está tu prima para gritar y patalear como una loca si cualquier desconocido se acerca a nosotras. – Había dos hombres jóvenes esperando al ascensor.

    —Buenas tardes. – saludó educadamente Isabel. Yo estaba por hacer lo mismo, cuando ambos se giraron con una sonrisa hacia nosotras. Aquellos ojos azul zafiro me saludaron con alegría, y mi boca dibujó una enorme sonrisa en respuesta.

    —Buenas tardes. – dijeron Evan y Angell. El ascensor llegó en aquel momento. De haber sido otras personas, habríamos esperado para subir en el siguiente viaje, porque 4 en aquel pequeño habitáculo, íbamos a estar un poco justos. Pero mis piernas ya estaban entrando allí dentro, para sorpresa de Isabel.

    —Vamos al cuarto, ¿y ustedes? – me encantaba lo formal que sonaba mi chico. Ustedes, ¡ja!, como si no le hubiese visto desnudo esa mañana y … uf, deja de pensar en eso Viky.

    —Más arriba. – respondió Isabel. Chica lista. Cuando el ascensor hizo su primera parada, Angell salió el primero, y luego lo hizo Evan, no sin antes esperar a que yo me apartara un poco para dejarle pasar. No pude resistir la tentación de dejar que mis dedos rozaran si pierna. Tenía tantas ganas de volver a tocarle, de tenerle cerca.

    —Adiós. – se despidieron. La puerta se cerró, e Isabel marcó rápidamente el piso quinto.

    —¡Señor!, ¿has visto que dos piezas? – qué me iba a decir, conocía mejor que ella el material, al menos a uno de ellos lo había besado.

    —Sí. – intenté esconder mi cara mirando hacia el suelo, porque me era imposible esconder mi expresión de felicidad.

    —Tengo que averiguar si son nuevos vecinos. – Podía apostar a que sí lo eran, pero dejaría que ella investigase. Se le daba bien eso de “tropezar” con las vecinas y cotillear un poco.

    —Ya me contarás. – su cara apareció en mi campo de visión, cuando se inclinó para verme mejor.

    —Te ha gustado, ¿eh? – no dije nada, no podía negarlo, pero tampoco podía decirle cuánto.

    Entramos en casa, y yo me encerré en mi habitación para estudiar todo el temario que tenía atrasado, y lo que entraría en mis exámenes. Después de una eternidad, decidí salir para ponerme a cenar. Seguro que Isabel me había dejado algo, porque siempre me pasaba lo mismo. Me concentraba tanto, que el tiempo se me pasaba sin darme cuenta. Llamarme para cenar era como romperme la concentración, por eso Isabel me dejaba a mi aire.

    —¡Eh! – choqué con ella mientras regresaba de la calle.

    —¿Saliste? – pregunté.

    —He ido a bajar la basura. Y adivina con quién me he encontrado. –

    —¿Uno de los chicos de antes? – ella me sonrió triunfadora.

    —Exacto. – caminé delante de ella hacia la cocina. Me apetecía tomarme una leche caliente con galletas, así que me dispuse a sacar el brick de la nevera y verterlo en una taza. Todo bajo la atenta mirada de mi prima.

    —¿Y qué has averiguado? –

    —Que se mudaron aquí hace 4 días, que viven en el 4º A y que son programadores de videojuegos. –

    —Interesante. –

    —Si. Angell tiene un acento un poco raro, los dos lo tienen, pero es que no son españoles, son griegos. –

    —¡Vaya!, ¡qué curioso! – griegos, buen golpe Evan.

    —¡Eh!, ¿qué estás haciendo? —Tenía una deliciosa galleta a 5 centímetros de mi boca, cuando Isabel me la quitó de las manos.

    —Tengo hambre. – ella me quitó el paquete y lo volvió a guardar en el armario.

    —Pues te esperas a que prepare la cena. – aquello me chocó.

    —¿Tan tarde? –

    —¿Cómo que tarde? – giré la cabeza hacia el reloj del microondas, donde los números me dijeron que estaba equivocada. Había estado estudiando solo una hora, ¿por qué me había parecido que habían sido al menos 5?

    —Me he despistado, creí que había pasado más tiempo. –

    Me quedé junto a ella ayudándola a preparar la cena. Comimos y después regresé a mi habitación para seguir repasando todo. Había pasado otra hora, cuando me metí en la cama a dormir. Tenía la impresión de que mi memoria había mejorado bastante, porque me sentía preparada para afrontar cualquier prueba que me pusieran por delante.

    Al día siguiente, pasé dos exámenes antes de que me tocara un descanso. Estaba tomándome un café en la cafetería de personal del hospital, cuando una persona conocida se detuvo frente a mí.

    —Escuché que regresaste ayer. ¿Por qué no me llamaste? – estupendo, pero lo peor era lo que no podría decirle así de repente.

    —Me estoy aclimatando de nuevo. Pensaba hacerlo cuando todo se hubiese normalizado. –

    —Y yo pensando que querrías verme antes que a nadie. – podía ser buena persona y tratar el asunto con tacto, o podía simplemente cortar por lo sano y acabar con todo ello.

    —He sufrido una experiencia catártica, Pablo. He descubierto cosas sobre mí que desconocía. He cambiado. –

    —¿Intentas decirme que ya no tengo hueco en tu vida? – me lo estaba poniendo fácil.

    —Te estoy diciendo que no soy la de antes, que lo que teníamos antes ya no…- él se levantó algo enfadado.

    —Déjalo, no sigas. Sé cuándo me mandan a la mierda. – y se fue. En ese momento me sentía bien y mal. Bien porque le había sacado de mi presente, porque buscaría a otra con la que tener una relación. Y mal porque había dejado una mala experiencia en su vida, algo que dolería.

    Pero el karma es algo contra lo que ni las brujas podemos luchar. Dos días después, terminados mis exámenes, tenía un día completo de prácticas en urgencias, y ¿con quién me tocó?, pues con el residente de traumatología, Pablo Contreras. Tenía que reconocer que seguía siendo un profesional, trabajamos como médico y enfermera, pero no dejaba de mirarme como si le hubiese clavado un cuchillo en la espalda. Al principio todo parecía ir bien, aunque me acusara en silencio, pero poco a poco, sus palabras, su forma de dirigirse a mí, mostraban un resentimiento y una ira que se tornó mucho más que incómoda, llegando a ser ofensiva. Muchos de los pacientes se dieron cuenta, pero no se atrevieron a decir nada. Incluso le llevé a un apartado para intentar algún tipo de tregua.

    —Pablo, ¿no crees que te estás pasando? –

    —¡Vaya!, ahora si quieres hablar conmigo. –

    —Estás actuando como un crío. –

    —¿Porque me he cabreado porque has cortado conmigo? –

    —Porque no lo estás llevando como una persona adulta y cabal. –

    —Eso será porque tú no has sido muy delicada haciéndolo. –

    —¿Delicada?, es una ruptura, Pablo. No hay manera de ser delicado, siempre alguien sufrirá. –

    —Y esta vez me ha tocado a mí. – estaba a punto de responder a eso, cuando una compañera llegó con un aviso de otro paciente.

    —Doctor Contreras, una torcedura de tobillo en el box 6. – Pablo se inclinó hacia mí.

    —Todavía no hemos terminado. –

    —Yo creo que sí. – y me adelanté para salir de allí. Cuando Pablo salió de revisar al paciente, prescribió una inmovilización con vendaje y me ordenó la tarea. Él sabía que lo peor eran los pies, sobre todo si eran de adultos sudados. Pero cuando abría la cortina del box, todo cambió. La sonrisa de Evan me esperaba al otro lado. Rápidamente cerré la cortina, algo que no debería haber hecho para tan solo vendar un pie. Y después me tiré sobre él, abrazando su cuerpo y besando su boca. Le había echado tanto de menos, tenía tantas ganas de estar pegada a su cuerpo, de tocarle, y, sobre todo, de saborearle.

    —Te he echado de menos. – susurré sobre sus labios.

    —Lo sé. – podía parecer arrogante, o prepotente, pero no me había sonado así. De Evan, no.

    Seguir leyendo

    3 Comments
    • Capítulo 35 SA

    • Capítulo 37 SA

    You Might Also Like

    Capítulo 45 SA

    22/11/2019

    Capítulo 59 SA

    08/12/2019

    Capítulo 31 SA

    06/11/2019

    3 Comments

  • Reply Yesenia 12/11/2019 at 7:11 PM

    AYYYYYYYYYYYYYY AL RESCATE DE SU DONCELLA

  • Reply Gisselle 12/11/2019 at 8:21 PM

    Me encantan 🤩

  • Reply Gaby 13/11/2019 at 3:00 AM

    Me encanta Evan 😍😍😍

  • Leave a Reply Cancel Reply

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Subscribe & Follow

Bienvenid@s a mi blog. Lo primero de todo, agradecerles su apoyo y fidelidad, pues es gracias a ellos, que he dado este salto: crear este punto de encuentro entre lectores y autor, donde podrán encontrar mi trabajo antes que en otras plataformas de lectura libre online. Si han llegado hasta aquí es porque ya me conocen, o han leído parte de mi trabajo. Para quienes me acaban de descubrir, solo decirles que soy una escritora de novela romántica, y que, en este espacio, al igual que ocurre en wattpad, podrán encontrar la mayoría de mis obras para poder leerlas libremente. Eso sí, les pediría que no plagien mi obra, ya que para mí supone un gran esfuerzo crear todo este material, y mucho más el ponerlo a su disposición. Además, que parte de ella, está protegida por los derechos de autor, ya que está inscrita en el registro de la propiedad intelectual. El objetivo de este blog es hacerles llegar, aunque de forma algo tosca, las historias que se acumulan en mi cabeza. Por eso espero que disculpen el que el material no esté pulido como sería propio de una gran escritora que presenta su obra al público. Pero no dispongo de nadie, como ocurre con otros autores, que se encargue de revisar, corregir y pulir mis escritos. Solo soy una sencilla persona con medios limitados, que intenta llegar a todas aquellas personas que desean disfrutar con las locas historias que pueblan esta cabeza inquieta. Si desean tener algunas de mis obras en formato físico, pueden hacerlo. Consulten en el enlace que encontrarán en la columna de la derecha. Sin más, espero que disfruten de mis escritos, que rían, lloren, se enfaden… pero, sobre todo, que terminen cada historia con una sonrisa en su cara, y con esa sensación de que, por un rato, se han evadido de la realidad para permitirse soñar conmigo. Sigan a mi lado, y les daré algo dulce, salado o picante, pero no demasiado, porque quiero que vuelvan siempre a por más.
Política de Privacidad

© 2021 - Todos los derechos reservados.