Close Sidebar close
Iris Boo
  • Inicio
  • Blog
  • Biblioteca
    • Árboles genealógicos series Préstame y Legacy
    • Serie Origins
      • Ruso negro
      • Diablo Ruso
      • Mi griego
      • Universitas
    • Serie Préstame
      • ¡Préstame a tu novio!
      • ¡Préstame a tu cuñado!
      • ¡Préstame a tu hermano!
      • ¡Préstame tu piel!
      • ¡Préstame tu corazón!
      • ¡Préstame tu fuerza!
      • ¡Préstame tu sonrisa!
      • ¡Préstame tu calor!
      • ¡Préstame tu nombre!
      • ¡Préstame tu protección
      • ¡Préstame tus lágrimas!
      • ¡Préstame tus ojos!
      • ¡Préstame tu boca!
    • Serie Legacy
      • Dimitri
      • Anker
      • Tasha&Drake
      • Nika
      • Kiril
      • Goji
      • Grigor
    • Saga Elementos
      • Soy Agua
  • Tienda
    • Solicitar libro dedicado
    • Pedido lote libros
    • Reserva libro
  • Sobre Iris Boo

  • Inicio
  • Blog
  • Biblioteca
    • Árboles genealógicos series Préstame y Legacy
    • Serie Origins
      • Ruso negro
      • Diablo Ruso
      • Mi griego
      • Universitas
    • Serie Préstame
      • ¡Préstame a tu novio!
      • ¡Préstame a tu cuñado!
      • ¡Préstame a tu hermano!
      • ¡Préstame tu piel!
      • ¡Préstame tu corazón!
      • ¡Préstame tu fuerza!
      • ¡Préstame tu sonrisa!
      • ¡Préstame tu calor!
      • ¡Préstame tu nombre!
      • ¡Préstame tu protección
      • ¡Préstame tus lágrimas!
      • ¡Préstame tus ojos!
      • ¡Préstame tu boca!
    • Serie Legacy
      • Dimitri
      • Anker
      • Tasha&Drake
      • Nika
      • Kiril
      • Goji
      • Grigor
    • Saga Elementos
      • Soy Agua
  • Tienda
    • Solicitar libro dedicado
    • Pedido lote libros
    • Reserva libro
  • Sobre Iris Boo
Iris Boo
Iris Boo
    Soy Agua

    Capítulo 33 SA

    08/11/2019

    Aquellas palabras le dolieron, lo supe en el instante en que las pronuncié. Pero creo que no fue por el hecho de que pertenecieran a mi pasado, sino porque parecía que le había apartado a él de mi presente, y peso no era cierto.

    —Entiendo. – Si el alma de una persona pudiese sangrar, el de Evan se estaba desangrando.

    —No, no, no. No quiero decir que tú y yo…lo nuestro es real, estamos juntos, aquí y ahora. Es solo… que no quiero que te sorprendas cuando Pablo aparezca reclamando su puesto, porque cuando todo esto empezó, él y yo sí que teníamos algo. – la expresión de Evan se suavizó, como si le hubiesen liberado de un gran peso.

    —Para él nada habrá cambiado. – sus ojos me miraron pesarosos.

    —Pero para mí si lo ha hecho. – mis dedos acariciaron su mejilla, como si el contacto pudiese de alguna forma transmitir o que mis palabras no podían decirle. Evan era más importante, él era especial, y lo más importante, lo que teníamos era algo mucho más grande que nosotros mismos. Perder a Pablo no me dolía, perder a Evan… me destrozaría el alma, lo sabía, porque ya ocurrió una vez. Su mano atrapó suavemente la mía, mientras dibujaba una leve sonrisa en su rostro.

    —Tenía que haber imaginado que algo así ocurriría. – ¿se estaba rindiendo, apartando?

    —Pertenece al pasado, y ahí va a quedarse. –

    —Tendrás que decírselo. – asentí firmemente, para que notara que no había dudas para mí.

    —En cuanto pueda hablar con él. – Sus ojos me miraron tan intensamente, que pensé que querían grabar mi imagen en su retina, como si temiese que esa fuese la última oportunidad de hacerlo.

    —He atravesado los infiernos por ti, te he buscado durante décadas, puedo esperar un poco más. Pero no pienso renunciar a ti. – un nudo se formó en mi estómago por aquellas palabras, por la determinación que transmitían, por saber que él no se detendría ante nada ni nadie por estar a mi lado.

    —No vas a hacerlo. Estoy contigo, ahora y siempre. – los dos habíamos luchado contra las reglas existenciales para volver a estar juntos en el mundo de los vivos, en el mundo carnal, y no dejaría que todos nuestros sacrificios acabaran en saco roto.

    —¿Zumo, agua, café? – preguntó la asistente de vuelo a nuestro lado.

    —Agua. – dijimos los dos al unísono, haciendo que sonriéramos. La mujer nos dio dos pequeñas botellas y siguió empujando su carrito pasillo adelante.

    —¿Qué ocurrirá cuando lleguemos? – quería oírle decir que no se apartaría de mí, pero sabía que eso no ocurriría.

    —Verás a tu familia, seguramente tengas que ir a la policía para prestar declaración por el secuestro. –

    —¿También en España? –

    —No solo tenemos que mantener la misma historia, sino que además te protegerá de alguna manera contra Dieter. Se libró en Turquía, pero poner a la policía sobre aviso, hará que vigilen movimientos extraños en tu zona. – aquello me confundió.

    —¿Qué quieres decir? –

    —Que no va a rendirse. Tratará de atraparte de nuevo. – en el fondo de mi cabeza sabía que eso ocurriría, pero quizás trataba de engañarme a mí misma fingiendo que no ocurriría.

    —Si vuelvo a mi vida anterior, él me encontrará. – Evan extendió su brazo hacia mí para sostenerme contra su costado.

    —No vas a estar sola. Los chicos y yo cuidaremos de ti. –

    —Lo sé. – Sí, lo sabía, de la misma manera que yo cuidaría de ellos.

    —Tendrás que continuar con la vida que tenías antes, para que tu familia no sufra. Y cuando creas oportuno, empezar a distanciarte para protegerles. – no había pensado en ellos, en lo que Dieter sería capaz de hacerles por llegar hasta mí.

    —Les he puesto en peligro. – sentí el beso de Evan sobre mi cabeza.

    —Tú no tienes la culpa de lo que él haga. – pero la tenía. Y era por ello que pensé en hacer lo que nunca antes habría siquiera considerado. Matar. Si acababa con Dieter, eliminaba el peligro sobre mi familia, sobre mis chicos, sobre mí. Pero sabía que, salvo para defenderme, no provocaría su muerte. Siempre he defendido la vida, y esa es una premisa que no se cambia de la noche a la mañana. Sólo existía una razón por la que cambiaría eso, y sería por una cuestión de supervivencia. Traté de apartar eso de mi cabeza, pensar en otra cosa.

    —Regresar a mi vida, mis estudios… implicaría regresar a Santander, al apartamento que compartía con mi prima Isabel. Vosotros… quiero decir, aquello no será como en el santuario de Esmirna. – el pecho de Evan retumbó con su risa.

    —Podremos apañárnoslas. – alcé la cabeza para verle la cara.

    —¿Qué quieres decir con eso? –

    —Llevamos viviendo fuera del santuario mucho tiempo, Viky. Yo un poco menos, pero creo que no nos ha ido nada mal. –

    —Eso quería saber. A ver, quiero decir que cuando estábamos en el santuario, la naturaleza nos proveía de todo lo que necesitábamos. Pero ahora… este mundo es diferente. – la ceja derecha de Evan se alzó hacia mí.

    —Somos gente con recursos, Viky. –

    —A eso me refería. ¿Cómo habéis sobrevivido todo este tiempo?, ¿habéis trabajado en algo?, ¿cómo habéis conseguido todo esto? – señalé el avión, para que supiera que me refería a tener dinero para comprar billetes de avión, alquilar vehículos, comprar equipo profesional… ese tipo de cosas. Evan sacudió su cabeza.

    —Cuando llegamos al santuario, ya habíamos participado en alguna batalla, y no tengo que decirte lo que se conseguía en las guerras antiguamente. – me quedé mirándole fijamente. No, no tenía ni idea, decían mis ojos. – Botín, Viky, botín de guerra. Y si ya tenía algún valor entonces, puedes imaginarte lo que alcanzaría más de 700 años después. –

    —Antigüedades, ¿te refieres a eso? –  Evan asintió.

    —No tienes ni idea del precio que alcanzó mi espada cuando la subasté. – casi respiré tranquila. Mis chicos no habían tenido de robar nada de lo que tenían.

    —Me alegra saber que os habéis defendido bien sin mí ayuda. –

    —No es por presumir, pero creo que nos ha ido más que bien. – aquella sonrisa misteriosa…

    —¿Cómo de bien? – quise saber.

    —Somos hombres que viven mucho más tiempo de lo habitual, tendemos a pensar en el futuro, así que invertimos. –

    —No has respondido a mi pregunta. –

    —Lo suficiente como para no tener que trabajar en varias décadas. – Ahora sí.

    —Ya estoy más tranquila. – Evan rió de nuevo.

    —Bien, mamá. ¿Ahora podemos comenzar con tu entrenamiento? – asentí, tomé aire profundamente y me centré en los ejercicios que Evan me iba indicando. Tenía poco tiempo para hacerme con el control de mis ojos cambiantes, así que me centré en ello.

    Seguir leyendo

    3 Comments
    • Capítulo 4 MG

    • Capítulo 34 SA

    You Might Also Like

    Capítulo 25 SA

    30/10/2019

    Capítulo 54 SA

    03/12/2019

    Capítulo 17 SA

    20/10/2019

    3 Comments

  • Reply Yesenia 08/11/2019 at 7:00 PM

    Iris el capitulo 32 no aparece

    • Reply Gaby 10/11/2019 at 7:54 PM

      No puedo pegar el enlace, pero búscalo en la librería, en el menú arriba, allí encontrarás la saga elementos y los capítulos de diez en diez. Saludos !!

  • Reply Gaby 10/11/2019 at 7:48 PM

    Ya dije que me encanta este capítulo? Una espada de 700 años!!! 😮 Wow!

  • Leave a Reply Cancel Reply

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Subscribe & Follow

Bienvenid@s a mi blog. Lo primero de todo, agradecerles su apoyo y fidelidad, pues es gracias a ellos, que he dado este salto: crear este punto de encuentro entre lectores y autor, donde podrán encontrar mi trabajo antes que en otras plataformas de lectura libre online. Si han llegado hasta aquí es porque ya me conocen, o han leído parte de mi trabajo. Para quienes me acaban de descubrir, solo decirles que soy una escritora de novela romántica, y que, en este espacio, al igual que ocurre en wattpad, podrán encontrar la mayoría de mis obras para poder leerlas libremente. Eso sí, les pediría que no plagien mi obra, ya que para mí supone un gran esfuerzo crear todo este material, y mucho más el ponerlo a su disposición. Además, que parte de ella, está protegida por los derechos de autor, ya que está inscrita en el registro de la propiedad intelectual. El objetivo de este blog es hacerles llegar, aunque de forma algo tosca, las historias que se acumulan en mi cabeza. Por eso espero que disculpen el que el material no esté pulido como sería propio de una gran escritora que presenta su obra al público. Pero no dispongo de nadie, como ocurre con otros autores, que se encargue de revisar, corregir y pulir mis escritos. Solo soy una sencilla persona con medios limitados, que intenta llegar a todas aquellas personas que desean disfrutar con las locas historias que pueblan esta cabeza inquieta. Si desean tener algunas de mis obras en formato físico, pueden hacerlo. Consulten en el enlace que encontrarán en la columna de la derecha. Sin más, espero que disfruten de mis escritos, que rían, lloren, se enfaden… pero, sobre todo, que terminen cada historia con una sonrisa en su cara, y con esa sensación de que, por un rato, se han evadido de la realidad para permitirse soñar conmigo. Sigan a mi lado, y les daré algo dulce, salado o picante, pero no demasiado, porque quiero que vuelvan siempre a por más.
Política de Privacidad

© 2021 - Todos los derechos reservados.