Avalon
—Eres una chantajista. —Me acusó Drake.
—¿Yo? Solo te estoy pidiendo ayuda. —Me defendí.
—Ya, pero te has asegurado de que conociera a Hana cuando me hiciste la propuesta. Ahora me es imposible decir que no. —Eso quería decir…
—Entonces, ¿vas a ayudarme? —Soy de ese tipo de personas que prefiere escuchar un sí en vez de suponer.
—No he viajado hasta Chicago para ver qué clima hace. Dime lo que necesitas y me pondré con ello. —Me arrojé a su cuello para darle un enorme abrazo.
—Gracias, gracias, gracias. —Sentí un par de palmaditas a mi espalda.
—No me las des todavía. Ni siquiera sé si será posible, y mucho menos el tiempo que nos llevará a ambos conseguirlo.
—Déjame las preguntas difíciles a mí, tú solo encárgate de que pasarme toda la información que tenéis, y de los temas tecnológicos.
—Creo que eso puedo hacerlo.
—Y ya puestos, tu primera tarea será pensar en cómo hacer todo eso en una escala más pequeña.
—Paciente pequeño, máquinas pequeñas. Lo tengo.
—Bien. —Estaba por saltar sobre él para abrazarle, cuando señaló con la cabeza un lugar a nuestro costado.
—Será mejor que cojamos tu equipaje.
—Sí, claro. —No quedaban muchas maletas en la cinta trasportadora, así que no tardé mucho en dar con la mía.
Mientras caminábamos hacia las puertas de salida, estaba más convencida de que había hecho bien en enviarle aquel mensaje a Drake desde Alemania. No esperaba que su respuesta a mi petición de ayuda acabase en una visita justo en el aeropuerto de Chicago, pero aquí estaba. Tenía que reconocer que él no era de esas personas que dejaba las cosas importantes para el día siguiente. ¿Quizás me mostré demasiado entusiasmada con mi correo? Si estaba aquí, seguramente lo fui.
Con cortesía se hizo cargo de mi maleta y la de Bianca. Con todas las cosas de Hana en la maleta de Santi, que era la más grande, no podíamos pedirle que cargase con mucho más peso. Y si le sumábamos el altercado con aquella mujer de primera clase que se atrevió a decir aquella grosería en voz alta… «¡oh, dios mío!, ¿Cómo pueden llevar a esa niña con esa cosa al aire? Tendrían que ponerle algo ahí para tapar eso, no sé, una máscara de esas de Halloween. Seguro que no sería tan…» No se atrevió a decir más, porque Santi estaba casi a un suspiro de saltar sobre ella. Tenía una cara de asesino que incluso a mí me asustó.
Bianca no se quedó atrás. “Usted tiene una boca asquerosa y nadie le ha puesto un bozal. Si quiere probamos a ver qué tal le sienta.” Estaba claro que Hana había encontrado a los padres perfectos, unos que la defenderían como auténticos lobos. Al principio pensé que no sabían dónde se habían metido, que su corazón les metió en una misión que les costaría sacar adelante. Pero me equivocaba, ellos no solo se habían implicado en una tarea complicada, sino que iban a sacarla delante de forma asombrosa.
Nada más atravesar las puertas que nos separaban de la zona de espera, lo primero que busqué fue algún rostro familiar. Y ahí estaban, mi hermano y Adrik. Ver a la familia después de mucho tiempo de ausencia, siempre es un acto que te emociona, pero verle a él… Le había echado de menos, pero no sabía cuanto hasta que lo tuve delante.
Pero el muy idiota ni siquiera me prestó atención. ¿En quién se fijó? Pues en Drake, el marido de su hermana, cómo no. Pues a esto sabíamos jugar los dos, ¿él pasaba de mí?, pues yo pasaría de él.
No le dirigí la palabra en todo el camino hasta el coche. Pero aunque le odie, no podía dejar de apreciar sus gestos de atención. El idiota había pensado en todo, porque había traído una silla para bebés para el coche. Al final la llevó al otro vehículo, dejando la parte de atrás libre para Drake y para mí. ¿Qué hice? Pues como me trataba con la misma consideración que a una niña, pues ocupé el lugar que debía haber usado Hana.
—¿Qué te parece si mañana visito tu laboratorio? Así puedo hacerme una idea de qué equipo podemos aprovechar para este proyecto, y cual sería necesario añadir. —Menos mal que Drake me devolvió al camino importante.
—Seguro que mi administrador puede conseguir lo que necesitamos. Aunque tendremos que darle un par de días para ponerse con ello, tiene que acomodarse a los horarios de un bebé, y el jet lag es mortal.
—Tú tampoco tienes buen aspecto. —El comentario de Drake me hizo darme cuenta de lo cansada que estaba, y de que era muy tarde. Me moría por caer sobre un colchón. Lo que me hizo pensar en…
—En vez de llevarme a casa, ¿podrías dejarme en el apartamento de mi hermano? No quiero hacerte dar vueltas de aquí para allá a estas horas, y a Owen seguro que no le importa cederme su habitación de invitados. —Además de que estaba en el edificio de enfrente a mi lugar de trabajo.
—Tus padres se preocuparán si no te llevo a casa ahora. —Yo pensando en él, y me sale con mis padres.
—Les mandaré un mensaje, por eso no te preocupes. —Saqué mi teléfono, lo encendí, mandé un mensaje a mi padre. De los dos, seguro que él era el que estaba despierto.
“Me quedo a dormir en casa de Owen, mañana nos vemos.” Como esperaba, la respuesta no tardó en salir. Entró una llamada de mi padre.
—¿Estás bien? —Era la voz de mamá.
—Es muy tarde para hacer dar vueltas a Adrik llevándome de aquí para allá, mamá. Y he pensado, que ya que él tendrá que ir a su apartamento, bien podría quedarme en casa de Owen.
—Bien pensado, cariño. Te llevaré ropa limpia para que te cambies.
—Gracias, mamá. Dale un beso a papá, y dile que mañana le veo en su despacho. Tengo que tratar unos asuntos con Drake Vasiliev, y me gustaría que él estuviese presente.
—Allí estaré, cariño. —Escuché decir a papá. Seguramente tenían puesto el altavoz.
—Entonces hasta mañana, iros a la cama. —Escuché una risita al otro lado de la línea.
—Sí, señora. —Dijo papá. —Ahora mismo meto a tu madre en la cama.
—¡Alex! —Se quejó mamá.
—Ya has oído a tu hija. Hasta mañana cariño, duerme lo que necesites.
—Buenas noches a los dos. —Cerré la comunicación y miré al frente.
—Así que mañana tenemos una cita con el gran jefe. —Dijo Drake.
—Él es el que pone el dinero. Si le muestro la parte comercial de todo esto, seguro que no pone reparos en hacer una buena inversión en quipos. Hana será la primera en beneficiarse, pero seguro que hay muchos niños por ahí están en una situación similar. Y antes de que lo digas, ya sé que la mayor parte de ellos no tendrán muchos recursos económicos, pero habrá mucha gente que querrá mejorar su aspecto y no les importará pagar el precio. La gente se gasta auténticas barbaridades en cirugía estética.
—Déjame darle un par de vueltas a eso, pero seguro que encontramos la manera de que esos últimos financien al resto. —Dijo Drake mientras se rascaba la barbilla con el pulgar.
—Podríamos comentárselo a mi tío Andrey. —Intervino Adrik—Él gestiona la fundación Blue Star, seguro que puede asesorarnos. —Parecía que no, pero Adrik no se perdía detalle de nada.
—¿Crees que nos ayudará? —No sé ni por qué lo preguntaba. Adrik no lo habría sugerido de no ser así.
—En cuanto la tía Lena se entere de todo esto, seguro que quiere meterse en ello. —Me alegraba tener el respaldo de gente que sabía lo que hacía, pero este proyecto era mío. No es que no quisiera compartir, y sé que hay que delegar las partes que alguien como yo no tiene conocimientos para gestionar, pero… Quería seguir teniendo el control de todo ello. Aunque por Hana, por todo lo que se podía conseguir, podía amoldarme.
—No tan rápido, Adrik. —Interrumpió Drake. —Ellos pueden asesorar a Avalon en todo este proyecto, pero es ella la que lo ha puesto en marcha, así que lo liderará desde el principio. Además, si hay beneficios económicos, seguro que Alex tendrá mucho que decir. —No es que mi padre fuese un tacaño, pero los negocios son los negocios, y si él invertía casi todo el capital, era lógico que el beneficio le repercutiese directamente.
—Hay mucha tela que cortar en todo esto, mejor lo hablamos mañana con más calma. —cedió finalmente Adrik.
Me recosté en el respaldo, sabiendo que todo estaba bien encauzado. Con Drake y papá, seguro que encontrábamos un plan de proyecto sólido que materializar. No pude evitar sonreír. Hana me había dado la motivación para hacer algo grande. Le debía a ella mucho más de lo que podría pagarle.