No creo que nadie recuerde como es que tu alma sea anclada aun nuevo cuerpo. Yo solo puedo apoyarme en los recuerdos de la parte que quedó suspendida en el mundo intermedio. Ya explicaré eso más adelante. El caso, es que sentí como si me rompiera en dos pedazos, dos partes de mí que avanzaron por caminos diferentes. Una que luchaba por encontrar un cuerpo físico al que aferrarse, y otra que luchaba por no desaparecer, aquella que albergaba mis recuerdos, mis conocimientos mágicos, mi esencia de bruja, por así llamarla. Esa parte, fue la que acompañó a Evan hasta nuestra gruta, donde estaba nuestro manantial, aquel lugar que albergaba ese vórtice mágico del que hablaba Tántalo.
El cuerpo de Evan salió disparado hacia el suelo, como si lo hubiesen arrojado desde algún lugar con fuerza. Intenté seguirle, pero esa parte que quedaba de mí, no podía abandonar la… ¿pared? No, no era la pared, era como si fluyese por ella, como si mi cuerpo o lo que fuera, estuviese suspendido en el agua que resbalaba por la roca, el que fluía por el pequeño riachuelo que serpenteaba dentro de la cueva, incluso podía moverme por la humedad que se condensaba en el techo. Era algo curioso, una sensación… extraña, como una consciencia sin cuerpo.
Había otro hombre en la cueva, alguien que ayudó a Evan a sentarse. Mis llamémoslos sentidos se acercaron a ellos tanto como fue posible, hasta escuchar sus palabras.
—¿Estás bien, Evan? –
—Lo he conseguido, Arión, ella está de vuelta. –
—Sabía que podías hacerlo. Ahora descansa, luego iremos en su busca.
—Solo un minuto, amigo. Yo… ¡Arión!, ¿qué te ha pasado?, estás… estás más viejo como…- Los ojos de Evan parecieron fijarse por primera vez en Arión.
—Es que has tardado mucho en regresar. – Evan pareció entender.
—¿Cuánto tiempo he estado fuera? –
—Más de 50 años, amigo. –
—¡Por los clavos de Cristo! ¿Y cómo…? – Arión parecía conocer la pregunta que Evan no podía llegar a formular.
—Los chicos y yo nos hemos ido turnando para esperar tu regreso. Confiábamos en que lo conseguirías. Si alguien podía conseguirlo, eras tú. –
—¿Dónde están ahora? – Evan buscó con su mirada hacia la salida de la gruta, como si alguno de los otros hombres fuese a aparecer en aquel mismo instante.
—Eryx llegará antes del anochecer, Angell vendría mañana al amanecer. –
–¿Y el resto? – Arión inclinó la cabeza, apesadumbrado.
—Argus sabes que tenía su propia misión y Arsen… han pasado 50 años Evan, es normal que alguno se rindiese, que pensara que no podrías hacerlo. –
—Tú no lo hiciste, amigo. – Arión tiró del brazo de Evan para ayudarlo a ponerse en pie, pero nada más conseguirlo las piernas de Evan se doblaron, obligándolo a sentarse, casi recostarse en el suelo.
—Tranquilo, Evan. Ha sido un viaje muy largo, tienes que recuperar fuerzas. – podía sentir la frustración de Evan, como luchaba contra su propio agotamiento por ponerse de nuevo en pie y comenzar su búsqueda.
—Le prometí que la encontraría, Arión, tengo que encontrarla. –
—Y vamos a hacerlo, amigo. Todos vamos a hacerlo. – la cabeza de Evan finalmente cedió al agotamiento, y se recostó en la roca húmeda. Sus ojos inspeccionaron el lugar con detenimiento, mientras Arión iba hasta una pequeña mochila para tomar algo de ella, agua, percibí, dentro de una cantimplora.
—La pared… ya no está. – en aquel momento, yo también recordaba una pared de roca donde ahora había un enorme agujero. Aunque Victoria, mi “yo” desmemoriada, o des- lo que sea como se llame la que no tenía los recuerdos de antes, había conocido la gruta con aquel aspecto.
—Un terremoto, ya sabes cómo es esta zona. – Evan asintió sin mucha energía, y dejó que Arión acercara la cantimplora a su boca. No sería suficiente, yo sabía que no sería suficiente un poco de agua para recuperar su cuerpo de todo el castigo al que le había sometido, salvo que… llamé a las aguas desde lo más profundo de mi ser, noté como el caudal creció levemente, como las piernas de Evan se mojaban, y desde allí, con aquel pequeño contacto, obligué a las aguas a sanarle, a darle la energía que necesitaba. Pude sentir como la transferencia de energía se realizaba, como el agua recargaba cada célula de su cuerpo.
—Gracias, ya me siento mejor. – le vi ponerse en pie, mirando a su alrededor, como si reconociese que ese pequeño milagro no había sido producto de la casualidad, como si intuyese mi presencia allí, en la gruta, de nuevo junto a ellos.
—Entonces pongámonos en marcha. Los chicos se van a alegrar de verte. – Evan sonrió, dio una palmada a la espalda de Arión, y después caminó detrás de él hacia la salida. Pero no pudo contenerse, y dio un último vistazo hacia lo que dejaba atrás. Sabía que podía percibirme, lo sabía.
—Te encontraré. – otra vez esa promesa, una que sabía que iba a cumplir.
La luz, los días, todo a mi alrededor pareció correr a una velocidad endiablada, hasta que finalmente llegó el momento apropiado. Y ahí estaba, la comitiva que traía de nuevo esa parte de mí, mi alma, de nuevo al lugar en que volveríamos a formar un solo ser. Notaba el tirón que me arrastraba hacia mi otra mitad, como si fuésemos esas dos gotas de agua, que necesitaban tocarse para convertirse en una sola.
Podía sentir mi miedo, mi curiosidad, mi incertidumbre… nperciví cuando mi necesidad de alcanzarla se transformó en tímidas gotas que caían sobre ella, sobre mí. Una, dos, y la tercera gota entró en ella, en mí. La conexión se había establecido, había llegado el momento de abandonar aquel lugar que me había albergado, protegido, hasta que el momento llegó. ¿Qué lugar?, ahora puedo explicarlo. Seguro que si les hablo de un Diagrama de Venn muchos de ustedes podrán esa cara de “¿Eh?, ¿de qué estás hablando?”, así que se lo mostraré con una imagen.

Como ven, tenemos tres círculos, que a su manera representan los tres mundos que cohabitan en este. Lo de que cada uno tenga su color se lo explicaré más tarde. Supongamos que el rojo es el mundo terrenal, el amarillo el mundo de los espíritus o espiritual, y el azul el entremundos, o mundo de magia. Como ven, los tres mundos convergen entre sí en algunos puntos. El mundo terrenal (rojo) se mezcla con el mundo espiritual (amarillo), creando el naranja. Es en esta zona que se encuentran esos lugares por los que ambos mundos se comunican, donde los humanos pueden acceder al mundo de los espíritus, y donde los espíritus pueden pasar al mundo humano. Como imaginan, encontrar esos sitios, no es fácil, y mucho menos que se den las condiciones para que se pueda realizar el tránsito de uno a otro mundo. Este fue el camino que tomó Evan para llegar a mí. Es el único que un humano puede tomar para llegar a alcanzar un alma que habita el entremundos.
Llegamos a ese lugar en el que el mundo espiritual (amarillo) se mezcla con el mundo de magia (azul), creando esa zona de color verde, que es la que Evan atravesó con la ayuda de Tántalo. Es casi imposible que un espíritu de la zona amarilla consiga atravesar esa zona verde y alcanzar la zona azul, tienen que darse unas circunstancias demasiado especiales, y en el caso de Evan, fueron que él no era un espíritu, y que lo ayudaba el alma de un brujo. En definitiva, seres que no debían estar en ese lugar, pero que, aun así, estaban. Retorcido, ¿verdad?
Como suponen, la zona violeta, donde convergen el mundo de magia (azul) y el mundo humano (rojo) es el lugar donde se ubican los lugares místicos, puntos del planeta donde se concentra una gran cantidad de magia, como mi cueva.
Y llegamos al final de esta larga explicación, pues seguro que han notado que existe un pequeño punto, donde los tres mundos se unen; la zona blanca. Ese era el lugar donde quedé atrapada o recluida, esperando el momento en que pudiese transitar hacia el mundo de los vivos, y sí, tomaría el camino violeta.
Bueno, después de tantos colores, espero no haberles liado. Si fue así, quédense con este concepto: yo estaba en el limbo de los limbos, perdida en ninguna parte, esperando ser reclamada por mi alma reencarnada. Lo sé, podía haberme ahorrado todo el rollo de los colores, los círculos… pero era importante explicarlo, porque si se han dado cuenta, existen 4 elementos. Fuego, que podría representarse con el color amarillo, informe, y con mucha energía, cuya cualidad más característica es el calor. Tierra, que podría representarse con el color rojo, más consistente, sólido, y que es capaz de aglutinar a los otros elementos para crear vida. Agua, que podría representarse con el color azul, el único elemento que puede pasar por tres estados; líquido, sólido y gaseoso o vapor, que está presente en todas las formas de vida, y que es el elemento con mayor presencia en la corteza terrestre. Y por último el aire, que representaríamos con el color blanco, el único elemento que puede combinarse con todos los demás sin perder su esencia.
Piénsenlo. ¿Agua y tierra?, conseguimos lodo o barro. ¿Agua y fuego?, conseguimos agua caliente o vapor. ¿Tierra y fuego?, conseguimos lava. Todos ellos difíciles de separar, pero con el aire y otro de los elementos, la cosa cambia. El aire arrastra partículas de tierra o agua cuando sopla, fluye con el fuego para hacerlo titilar, pero siempre seguirá siendo aire.
Ahora sí, tienen mucho en que pensar. Mundos, elementos, todo está relacionado. Y sin más les dejo, porque hemos llegado a esa parte en que tengo un alma con el que volver a unirme.
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