Luka
Al igual a como uno se prepara para entrar en el ring, inspiré varias veces tratando de tomar el control de mí mismo antes de ir directo a por Drake. Tenía una batalla interna que librar antes de enfrentarme a lo que sabía que él podía obtener para mí.
—Drake. —le llamé. Él alzó la cabeza del monitor que estaba examinando para prestarme atención.
—Dime. —Lo que tenía que pedirle no era algo que se solicitase a gritos, así que me acerqué lo suficiente para que solo él pudiese escucharme.
—¿Recuerdas en lo último que trabajamos? —Su espalda se tensó, sabedor de a qué me estaba refiriendo.
—Sí, ¿necesitas algo más? —Sus cejas dibujaron un extraño gesto mezcla de expectación y confusión. Seguro que creía que había conseguido todo lo que necesitábamos.
—¿Puedes conseguirme el informe de urgencias de un paciente?
—Claro, solo dime de quién se trata. —Tomó su terminal portátil y se preparó para tomar los datos que iba a facilitarle.
—Antes de nada, quiero que me prometas que mantendrás el secreto. Ella lo ha mantenido escondido hasta ahora, y no quiero que por mi culpa salga todo a la luz. —Noté como su mandíbula se tensaba, seguro que ya se imaginaba de quién se trataba.
—Te lo prometo. —Asentí hacia él aceptando su palabra.
—Chandra. —Solo necesitó ese nombre para ponerse a trabajar, no conocíamos a otra mujer con ese nombre. —La fecha…—Drake me interrumpió.
—Ya me imagino qué fecha es. —Como dije, a Drake no le hacen falta demasiadas piezas para montar todo el puzle.
Esperé atento a que me diese lo que quería, aunque esta vez pareció tardar más de lo que esperaba. Su gesto contrariado algunas veces me hizo pensar que tal vez Chandra hubiese borrado su propio rastro.
—Aquí está. No fue al hospital de la familia, fue a otro. —Cuando Drake se giró para mirarme, noté que entendió perfectamente el motivo por el que aquello tenía que quedar entre nosotros dos; Chandra se había ocupado de todo el asunto de la violación no llegase a oídos de su familia. Si hubiese acudido al hospital Altare, la alarma habría saltado enseguida, alertando a su padre. Ella mejor que nadie conocía ese sistema.
—¿Puedes enviarme una copia a mi correo? —Drake volvió su atención hacia su monitor, pero parecía estar más concentrado en mirar lo que mostraba que en ordenar el envío de los datos.
—¿Vas a ir a por ese cabrón con el plan que comentamos ayer? —No me miró mientras hablaba.
—Hay que pulir los detalles, pero sí. —El día anterior, con toda la información delante de sus narices, las preguntas llevaron a más preguntas, y al final elaboré mi plan con él como oyente. Sus sugerencias fueron bien acogidas, pero no se molestó cuando no le incluí en la misión, entendió perfectamente que este asunto era mío.
—Voy estar en la logística y en la coordinación, no me importa permanecer en la sombra. —Pero parecía que había cambiado de opinión.
—No sé si Chandra…
—No te estoy pidiendo permiso, solo te estoy informando. —Me tendió el monitor donde estaba el informe médico de Chandra, donde había algunas fotografías en las que podían verse las marcas moradas de los dedos de aquel desgraciado en los muslos de ella, en sus pechos. No se había contenido, y según el informe, los desgarros en su interior también hablaban de un trato violento.
Sentí la ira burbujear en mi interior como el magma de un volcán, arrasando todo rastro de calma y control que me obligase a permanecer centrado.
—Voy a matarlo. —confesé en voz alta.
—La muerte es una liberación, Luka. Ese tipo merece sufrir, y hacerlo durante mucho, mucho tiempo. —Estaba claro que él si mantenía la mente fría, porque eso es lo mismo que le dije a Chandra cuando ella propuso el mismo final para César.
—Hay cosas peores que la muerte, lo sé, y estoy decidido a hacerle pasar por todas.
—He pedido un perfil psicológico de ese tipo, y por lo que he deducido de él, es tan egoísta que es capaz de suicidarse antes de pasar por algún tipo de tortura. No le da miedo la muerte, es más, parece que mantiene con ella un particular idilio. Le gusta tentarla, sabiendo que saldrá victorioso en cada encuentro. El caso es, que si cree que va a sufrir algo que piensa no podrá soportar, es de los que se meterá una pistola en la boca y disparará, y no vacilará.
—Entonces tenemos que encontrar algo que le haga desear la muerte, pero no alcanzarla. —sugerí. Drake se rascó la barbilla, pensativo.
—Creo que droga a sus víctimas porque en su momento de placer no quiere resistencia, quiere que le den todo lo que quiere sin necesidad de luchar por ello. Y créeme, pocas mujeres accederían voluntariamente a algo como eso. Hay que estar mentalmente destruido para encontrar placer en lo que él hace. Supongo que las chicas con las que se acostaba normalmente empezaron a apartarse de su camino, puede que hubiese algún tipo de denuncia que su padre hiciese desaparecer. Luego pasaría a las prostitutas, pero no es lo mismo. A este hombre le gusta sentirse un conquistador, alguien que obtiene lo que quiere de aquellos que no están dispuestos a entregarlo. Y cuando lo toma, se deja llevar por el éxtasis de conseguirlo. Según los últimos informes médicos de sus víctimas posteriores, ha degenerado, está traspasando sus propios límites de contención, igual que ocurre con las peleas.
—Allí no se detiene, sigue golpeando hasta que consiguen apartarle de sus oponentes.
—Eso es porque sabe que son ilegales, y que no hay reglas. Puede traspasar los límites sin consecuencias, porque alguien se encargará de hacer limpieza después. Pero con las chicas, sabe que está haciendo algo por lo que tendrá que pagar, por eso se preocupa en hacer su propia limpieza.
—Entonces, donde se siente vulnerable es con el asunto de las violaciones. Si espera problemas, será por ahí. —Eso reforzaba mi plan, tenía que ir a por él con una pelea.
—Las peleas, las drogas, sabe que tiene poder en ambos terrenos, porque cuenta con aliados.
—También tiene un aliado con el asunto de las violaciones. Su primo o alguien de la organización tiene que suministrarle la droga.
—Por lo que sé, él se encarga de llevar los productos desde el lugar de elaboración hacia los primeros distribuidores. Que se extravíen una o dos dosis cada vez no despertará sospechas. Es el jefe allí, puede tomar muestras para regalar a clientes si le apetece.
—Aunque esta vez el cliente es él mismo.
—Como dije, en el asunto de las violaciones se encarga personalmente de todo, no deja pistas que se puedan seguir, al menos que se puedan demostrar. —Sabía que Drake se refería a pruebas que presentar en un juicio.
—Por fortuna nosotros no necesitamos convencer a ningún juez o jurado. —Es en este tipo de situaciones en que agradezco que la familia aún mantenga un pie en el lado oscuro de esta ciudad. La familia Vasiliev, a la que pertenezco, tiene su propia ley, y somos jueces y ejecutores al mismo tiempo.
Pensándolo bien, que nos encargásemos de César podría ahorrarle al país bastante dinero en juicios y gastos carcelarios, además de tiempo. Y eso sin sumar el dolor que tendrían que revivir las víctimas si se personaban como testigos. Los abogados del acusado las destrozarían hasta conseguir que su testimonio crease dudas razonables. Chandra no iba a pasar por ello, no iba a permitirlo. Pero le daría lo que necesitaba, lo que necesitaban todas las demás víctimas, algo que las ayudase a sanar; el saber que la persona que las lastimó no podría seguir haciéndolo, y que pagaría por sus pecados.
—Me parece que tendrás que pasarte por casa de Grigor a cenar una de estas noches. —Le devolví el monitor portátil con una sonrisa en la cara. Sería una cena como la que solíamos tener el grupo que habíamos montado con el asunto del violador, solo que Chandra no iba a estar, más que nada para que no sintiese que la había traicionado al no guardar su secreto. Lo había hecho, pero era por su bien. Aunque realmente yo no había dicho nada, solo pedí algunas cosas que le llevaron a Drake a descubrirlo por sí mismo.