Tasha
Mi estómago se estaba revolviendo al ver aquel circo. Todos pululaban alrededor de aquella mierda con piernas, como si fueran moscas. Sus amigos supongo que estarían preocupados, sobre todo los miembros del equipo, pero ellas… no eran más que aves carroñeras buscando apropiarse del mejor trozo de carne. No era un secreto que habíamos roto nuestra relación, corría por todas las redes sociales como pólvora. Y hablando de mensajes, uno acababa de llegar al teléfono de Nika. Ella lo miró, y volvió a meterlo dentro de su bolso con gesto indolente, dejando que su mirada se posara de nuevo en cualquier parte de la sala.
—No sé por qué siguen mandándome mensajes con los chismes de ese idiota. – seguí su vista para verla fija en Preston.
—Porque saben que eres mi prima, y a mí no se atreven a enviármelos. – le expliqué. Ella aprovechó ese inicio de conversación para preguntar lo que no se había atrevido hasta el momento.
—Va contando por ahí que lo asaltaron y robaron. – Nika giró la cabeza hacia mí en ese momento. – Pero no es cierto ¿verdad? – le devolví la mirada, pero la retiré antes de contestar.
—No.- por el rabillo del ojo, vi como asentía, y volvía la vista al frente.
—Lo suponía. – un par de segundos…- ¿Te hizo daño? – giré la vista de nuevo hacia ella, para encontrar sus, manos apretando su pequeño bolso. Ella se preocupaba por mí, y estaba sufriendo porque me quería. Era una idiota, tenía que haberle contado lo ocurrido, y no dejar que las otros le hicieran llegar migajas envenenadas. Me giré hacia ella, tomé su mano y le di una pequeña sonrisa.
—No tanto como yo a él. – ella asintió. Bajó la vista hacia su regazo.
—Yo… no he llegado a ver ese video, pero he oído…. que Preston y tú… –la pobre no se atrevía a decir más, y no era por miedo o vergüenza, sino porque dolía, casi tanto como si hubiese sido a ella a quien le hicieron esa canallada. Apreté sus manos para obligarla a mirarme, al tiempo que arrastraba mi silla para estar más juntas.
—Solo me acosté con él una vez, Nika, y el cretino lo grabó. No sé si tenía intención de chantajearme con ello desde un principio, o solo lo hizo porque le gusta tener esas cosas, pero lo hizo sin mi consentimiento. Y sí, me arrepiento, pero eso no quiere decir que pueda cambiarlo, o que deje que me destruya. –
—Todos cometemos errores. – menos ella. Nika era la hija perfecta que todo padre quiere, educada, obediente, respetuosa, buena estudiante… ella no fallaba, porque no corría riesgo. Si hasta cuando lloraba, no soltaba un berrido como el resto de los niños, ella lo hacía en silencio. El único error en su vida, lo había cometido la naturaleza. ¿quién dañaría a un ángel como ella? A veces pienso, que ella nació para compensar el desequilibrio que yo había causado en el mundo. Yin y yang, eso éramos nosotras. Torcí la boca antes de contestar.
—Pero la mayoría no se graban en vídeo. – intenté bromear. Una pequeña sonrisa apareció en su dulce cara.
—Pues yo he visto algunos errores muy gordos en youtube. –añadió ella. Un nuevo mensaje llegó a su teléfono, y por inercia ella lo revisó. Yo en su lugar ni lo habría mirado, pero claro, Nika era así.
Mis ojos regresaron a la pista de baile, donde los chicos de nuestro curso, y los del último, bailaban desbocados. Se preguntarán cómo era posible se nos uniéramos ambos cursos, pues la respuesta era bien fácil: una cañería rota. Todo el pabellón amaneció inundado un día antes del baile de graduación de los mayores, así que hubo que suspenderle, o más bien aplazarle. Pero con las fechas tan ajustadas, ¿cuándo podrían hacerlo? Pues robándoles a los pequeños su gran día. Los de anteúltimo año nos habríamos quedado sin fiesta, pero… ¿quién se atrevería a quitarle la fiesta a dos adolescentes Vasiliev?, la junta del colegio lo tenía claro, ellos no. Así que optaron por la opción más salomónica, unir las dos fiestas, y de paso ahorrarse los costes de una nueva fiesta. Ya saben, una nueva decoración porque la otra quedó destrozada. Se solucionó poniendo el doble de comida (que ya había contratada), el doble de confeti y globos, y contratar a un DJ por un par de horas más. Por eso la fiesta se adelantó una hora, y se retrasó el final otra más. Para mí, no era otra cosa que alargar la tortura. Así que llegué como se dice “elegantemente tarde” aunque Preston hizo una entrada más triunfal, la reina del drama, sí señor. Seguro que tenía algún espía dentro que…
—Ha venido. – estaba a punto de decirla que eso ya lo sabía, cuando seguí su mirada hacia la puerta de acceso a la fiesta. Y no, no se refería Preston, o a cualquier persona que pudiese imaginar. Y juro que no fui la única que sintió como su corazón, daba un triple salto mortal con tirabuzón.
La música había bajado ligeramente, quizás porque el DJ iba a hacer un anuncio, pero eso solo propició que un grito histérico femenino se escuchara mejor. Muchos se giraron hacia la puerta, pero eso a él no le importó. Su rostro seguía imperturbable, decidido, buscando entre la multitud a… su mirada se quedó fija en nuestra mesa, y supe que había localizado a su objetivo. Empezó a caminar entre la gente, que parecía abrirle paso, como si se tratara de la reina de Inglaterra. Llevaba un traje oscuro, el cuello de la camisa, también oscura, abierto, mostrando ese cuello fuerte y pecaminosamente sexy, en el que se veían algunos trozos de tinta oscura, que prometían un dibujo tribal. Su pelo rubio oscuro, sus ojos grises… él era la auténtica imagen de un ángel oscuro. ¿cómo no iba a estar fascinada por él?, ¿cómo evitar que mi corazón no cayera en sus redes? Él era la promesa que cualquier chica suspira por conseguir. Incluso su nombre advertía que no había muchos como él: Drake.
Pero precisamente por eso, él nunca se fijaría en una mujer como yo de no ser porque era alguien de su familia. De niños jugábamos juntos a todas horas que nos veíamos, pero… él creció antes de tiempo, y se fue lejos. Ahora sólo nos veíamos en reuniones familiares, porque estaba estudiando lejos… entonces, mi aturdido cerebro volvió a funcionar ¿qué demonios había venido a hacer aquí? Un pequeño reflejo de las luces multicolores, se posó sobre Nika, dándome la respuesta. Él había venido por ella, porque siempre que regresaba, pasaba casi todo el tiempo con Nika.
DE haber sido otra persona, habría luchado con uñas i dientes por llamar su atención, por lograr que ese hombre me prestase la atención que merecía… pero no podía hacerle eso a Nika, a parte de que superarla era imposible, yo nunca pasaría por encima de ella por conseguir a un chico, aunque fuese el de mis sueños.
—Voy a buscar algo para beber. – me levanté de la silla, y me aparté para darles privacidad. Como un perro herido, iría a lamerme las heridas a otra parte.
El DJ escogió aquel momento para dar paso a la música lenta, aquella que las parejas aprovechan para aferrarse uno al otro, y mirarse a los ojos. Para mostrar no solo a los demás que están juntos, sino para demostrarse a sí mismo que los de fuera no importan, sólo son ellos, solo… “¡Agh!, deja el romanticismo para los demás, Tasha, tu tiempo para esas cosas, hace tiempo que se fue a la mierda”, me recordé.
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