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    Adrik

    Capítulo 15 A

    15/03/2023

    Avalon

    Para alguien que no acostumbrada a beber, ya había pasado por dos situaciones vergonzosas en menos de 15 días. Tenía que ir a un terapeuta para que se metiera en mi cabeza y solucionara lo que estaba mal, no puedo recurrir al alcohol cada vez que esté frustrada y cabreada. Sí, había acabado inconsciente en ambas ocasiones, pero eso no había solucionado el problema en ninguna de las dos ocasiones.

    Y sí, las dos veces estaba enfadada con alguien por haber traicionado mi confianza, aunque la primera había sido un acto de puro egoísmo y falta de escrúpulos, la segunda no había sido así. Adrik no me había traicionado, porque no teníamos ningún tipo de compromiso o acuerdo verbal. Él podía ir con quisiera, hacer lo que le diera la gana con otras chicas, y yo no le debía pedir responsabilidades por ello. Era mi estúpida cabeza la que no podía dejar de pensar que él tenía que reservarse para mí, tenía que ser yo la destinataria de sus atenciones. Pero la realidad no era esa.

    —Me parece que lo necesitas más que yo. —Un vaso de zumo de naranja apareció frente a mí. Giré la cabeza para observar a Owen mientras se disponía a exprimir unas cuantas naranjas más para llenar otro vaso.

    —¿Tú crees? —Levanté el vaso y bebí.

    —Llevas 9 minutos mirando fijamente esa mancha de café sobre la mesa. Yo diría que sí. —Odio cuando mi hermano se pone todo sabiondo conmigo. No es que estuviese echándome una regañina, pero era su manera de decirme «ayer te pasaste con la bebida». ¡Como si yo no lo supiera!

    —Eso es porque todavía estoy algo dormida.

    —Y resacosa. —Puso en palabras lo que yo misma estaba pensando.

    —Mi nuevo tope está en una copa de vino.

    —Mucho mejor que una botella. —¿Owen había estado controlando lo que había bebido? Lo miré fijamente mientras vertía el líquido naranja en su vaso. No solo estaba bromeando, solo eso.

    —Voy a dejarte sola con tus pensamientos. —Owen había puesto el zumo en una bandeja junto con un trozo de bizcocho.

    —¿A dónde vas?

    —No pensarías que eres la única chica resacosa de la casa, ¿verdad? —No necesitaba más pistas, estaba hablando de Josh.  Seguramente se habían quedado en una de las habitaciones de la casa. ¿Cuántos más habríamos roto nuestros planes de ir a los apartamentos que teníamos en la ciudad?

    —¿Me encontraré a alguien más de Chicago por aquí? —No quería que fuese muy evidente que la pregunta incluía a Adrik.

    —No creo. Papá y mamá se fueron al apartamento a eso de las 4 de la mañana, y Adrik seguramente esté durmiendo la resaca en el avión. —Aquello me interesó.

    —¿Avión? ¿Ha regresado a Chicago?

    —No todos tenemos vacaciones estos días. —Pellizcó mi barbilla y después abandonó la cocina. Puede que se pensase que aquella respuesta sería suficiente, pero mi cerebro estaba lo suficientemente despierto como para darme cuenta de que no había respondido a la pregunta.

    Adrik

    Cuando mi padre me llamó no creí que fuese para mandarme a una misión, pero no protesté, primero porque no era una llamada de mi padre, sino del cabeza de familia, el jefe de la mafia rusa en Las Vegas, y segundo, porque, como cualquier otro miembro activo de la familia, estaba deseoso de poder hacer algo contra aquellos que habían atacado a mi sangre. Grigor estaba en prisión por culpa de esa maldita reina roja, pero esa víbora no solo era letal, sino escurridiza, y muy retorcida. Seguirle el rastro a los miembros de su organización era algo complicado, pero mi padre finalmente dio con un pequeño hilo del que tirar.

    El que estaba más cerca para investigar ese rastro era yo, por eso estaba en un avión rumbo a nueva York. No es que mi cuerpo estuviese en las mejores condiciones, pero era lo que había, así que tendría que hacer mi mayor esfuerzo por no estropearlo. Al menos no estaría solo.

    Volvía revisar mi teléfono. Si TAV seguía a esa velocidad, estaría en el aeropuerto casi cuando aterrizase mi avión. ¿13 horas de viaje por carretera? No cuando tienes un vehículo que puede viajar a 190 km/h, que puede evitar atascos, vías cerradas por el hielo, accidentes, obras, y cualquier otro tipo de contratiempo en tiempo real. Al final, mi vuelo no alcanzaba a las 3 horas de duración, pero el viajar en líneas comerciales con sus horarios cerrados, las condiciones climatológicas y los retrasos habituales en estas fechas, hicieron que mi viaje se alargase hasta las 7 horas desde la llamada de mi padre.

    Lo único bueno de todo ello, es que pude echar unas cuantas cabezadas. Y que tuve tiempo de revisar en mi teléfono toda la información que mi padre me envió cifrada a mi teléfono.

    Bajé del avión y fui directo a la puerta de salidas. No tenía más equipaje de mano que una pequeña mochila con lo básico, y cuando digo “básico” no me refiero a un anorak para el frío. En cuanto di el primer paso fuera del aeropuerto maldije mi mala previsión. Por suerte vi a TAV acercándose hacia mí. Amo a ese coche. Entré por la puerta del acompañante para no levantar sospechas, y en cuanto cerré la puerta, me puse a reptar hacia el asiento trasero. Si los respaldos se pudiesen reclinar completamente, la tarea no sería tan complicada, sobre todo con el vehículo en marcha.

    —Dame acceso al cofre pirata, TAV. —Escuché un clic en la parte de atrás de los asientos traseros.

    —¿Destino? —Que ya se estuviese moviendo sin saber qué dirección tomar era lógico, ya que para ir a cualquier parte primero teníamos que salir de la zona del aeropuerto.

    —Consulado de Bielorrusia. Y sé discreto.

    Saqué la ropa de emergencia que tenía en mi cofre de emergencias. Una suerte que estuviese preparado para el clima de Chicago, porque allí también hacía frío como en Nueva York. La temperatura dentro del vehículo era agradable, por lo que mis dientes no castañetearon de la misma manera a como lo hicieron en el corto trayecto desde las puertas del aeropuerto hasta mi coche.

    Cuando TAV se detuvo, estábamos muy cerca del consulado, pero no a una distancia que pudiese ser sospechosa, y yo ya estaba listo por si era necesario moverse por el exterior.

    —Necesito que accedas a las comunicaciones hacia el exterior del consulado.

    —Están cifradas, Adrik, no podré darte audio. —No esperaba menos de un Consulado.

    —No necesito saber lo que dicen, solo el origen y destino de las llamadas.

    —Sí, Adrik. —La pantalla empezó a mostrar la lista de llamadas que le había pedido. Como esperaba, a esas horas de la madrugada no había muchas, pero esas no eran las que me interesaba.

    —Necesito que te centres en las llamadas realizadas desde las 9 de la tarde del 31 de diciembre en adelante. Filtra primero las de salida, y si la persona que llamó en un principio recibe una llamada, también.  —La enorme lista que se generó de mi primera orden, empezó a disminuir a medida que se filtraba con el segundo parámetro.

    —Queda una lista de 37 sujetos dentro de la embajada. —tenía que reducir aún más esa lista.

    —Me interesan aquellos que recibieron llamadas desde dentro del país.

    —Quedan 5 sujetos. —Era un mordisco considerable a esa lista.

    —Bien, ahora necesito saber cuales de esas personas salieron de la embajada después de esas llamadas.

    —Tres sujetos. —La lista apareció en el monitor.

    —Bien, localízamelos. —Apareció un mapa, donde dos de los miembros de la lista aparecieron cerca del mismo punto, aunque no parecía haber nada interesante en ese punto.

    —¿Qué hay aquí?

    —Es el último punto en que sus teléfonos móviles estuvieron activos, Adrik. Es un edificio con medidas anti localización. —Eso sí que era muy interesante.

    —Acerquémonos a ver que encontramos.

    Si no me equivocaba, el lugar al que habían ido esas dos personas de la embajada era una casa de citas, pero no una cualquiera, sino una acorde con los estándares de lujo y confidencialidad que exigía un cargo político. La pista que me había dado mi padre era buena. Ahora solo debía marcar el edificio, pinchar sus comunicaciones, y dar con la madame que llevaba el servicio de prostitutas. Si uno de los antiguos clientes de la Reina Roja había usado ese servicio, seguramente estaría vinculado con su organización, o al menos era lo que esperábamos.

    La adrenalina del momento hizo desaparecer los restos de alcohol de mi sistema, me hizo apartar de mi mente todo lo que no fuese imprescindible para el trabajo, y aunque la imagen de mi bella durmiente estaría perpetuamente en mis sueños, tuve que guardarla en lo más profundo para evitar que me distrajera. A veces, una pequeña distracción podía acabar no solo con un fracaso, sino con tu vida.

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    3 Comments
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    3 Comments

  • Reply Valeria 15/03/2023 at 10:40 AM

    Adrik comenzó el año trabajando fuerte, siempre pones a los Vasillie a trabajar en fin de año

  • Reply Tina M 15/03/2023 at 12:27 PM

    jejeje… Avalon celosa, vas por buen camino Adrik

  • Reply Adriana López 15/03/2023 at 4:35 PM

    ojalá que tengas más indicios para atrapar a esa desgraciada Reyna Roja… Celosa Avalon cuando Adrik no sé despegó ni un momento de su lado

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Bienvenid@s a mi blog. Lo primero de todo, agradecerles su apoyo y fidelidad, pues es gracias a ellos, que he dado este salto: crear este punto de encuentro entre lectores y autor, donde podrán encontrar mi trabajo antes que en otras plataformas de lectura libre online. Si han llegado hasta aquí es porque ya me conocen, o han leído parte de mi trabajo. Para quienes me acaban de descubrir, solo decirles que soy una escritora de novela romántica, y que, en este espacio, al igual que ocurre en wattpad, podrán encontrar la mayoría de mis obras para poder leerlas libremente. Eso sí, les pediría que no plagien mi obra, ya que para mí supone un gran esfuerzo crear todo este material, y mucho más el ponerlo a su disposición. Además, que parte de ella, está protegida por los derechos de autor, ya que está inscrita en el registro de la propiedad intelectual. El objetivo de este blog es hacerles llegar, aunque de forma algo tosca, las historias que se acumulan en mi cabeza. Por eso espero que disculpen el que el material no esté pulido como sería propio de una gran escritora que presenta su obra al público. Pero no dispongo de nadie, como ocurre con otros autores, que se encargue de revisar, corregir y pulir mis escritos. Solo soy una sencilla persona con medios limitados, que intenta llegar a todas aquellas personas que desean disfrutar con las locas historias que pueblan esta cabeza inquieta. Si desean tener algunas de mis obras en formato físico, pueden hacerlo. Consulten en el enlace que encontrarán en la columna de la derecha. Sin más, espero que disfruten de mis escritos, que rían, lloren, se enfaden… pero, sobre todo, que terminen cada historia con una sonrisa en su cara, y con esa sensación de que, por un rato, se han evadido de la realidad para permitirse soñar conmigo. Sigan a mi lado, y les daré algo dulce, salado o picante, pero no demasiado, porque quiero que vuelvan siempre a por más.
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