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    Kiril

    Capítulo 10 K

    18/05/2020

    Kiril

    Fin de curso. Realmente necesitaba escapar de aquí. Ni las vacaciones de Navidad me habían servido para relajar la tensión que tenía encima. El repartidor de las magdalenas, el cretino del café expreso con sacarina, el idiota con el que quedaba para repasar materias, ese profesor guaperas y melenudo que se hacía el interesante con las alumnas. En cuanto se puso todo simpático con Sheila, tuve que tomar cartas en el asunto. Puede que me pasara un poco, pero era por la seguridad de Sheila. No podía permitir que ese mujeriego de cuarenta años quisiera sentirse más joven seduciendo a nuestra chica.

    Luka no hacía más que decirme que me estaba obsesionando con todos los hombres que se acercaban a Sheila, pero no dejó de ayudarme con mi misión. Adrik se encargaba de seguirla cuando utilizaba su coche para ir hasta la residencia de Jade. Al final contactamos con el equipo de vigilancia de Jade, no solo las echarían un ojo mientras estaban en Stanford, sino que alguien se ocupara de comprobar que Sheila regresaba sana y salva a Berkeley.

    Seguro que todavía siguen dándole vueltas a qué fue lo que hice con el profesor Harris, William Harris. Pues es curioso, pensé en qué haría mi padre. Investigué, escarbé sobre cada rumor o chisme que se escuchaba sobre él, aunque me centré en aquellos que parecían haber sido silenciados, y así fue como conseguí un hilo del que pude tirar. Y cuando tuve todo lo que necesitaba, fui a por él.

    Concerté una cita con él a última hora, pero lo hice a través de su secretaria y a nombre de una chica ¿adivinan cuál? Exactamente, Sheila. Le pedí a una compañera de residencia que llamara y concertase la cita fingiendo ser ella, porque no había nada más sospechoso que pedir esa cita siendo un chico.  Tuve que agradecerle a Adrik el convencerla para hacerlo, pero seguro que él después le agradeció el favor, a su manera por supuesto.

    Cuando la hora de nuestra cita llegó, llamé a la puerta y esperé a que me diera permiso para entrar. Nada más cruzar el umbral, llegó a mi nariz la confirmación de mis sospechas. ¿Qué profesor se ahoga en perfume caro para recibir a una alumna de primer curso? La respuesta era sencilla, uno que no tenía en su cabeza ayudarla con sus problemas, sino crearle uno nuevo.

    El tipo estaba sentado en el borde de la mesa mirando hacia la calle, con la vista perdida hacia algún punto más allá de la ventana de su despacho. La pose estaba más que estudiada. ¡Cabronazo! Su rostro parecía afable, hasta que se giró para recibir a la recién llegada, en este caso a mí. Ahí fue cuando escuché el patinazo de sus ruedas. Es una analogía, ya saben, cuando las ruedas de detrás del coche derrapan en una curva, el vehículo pierde tracción, con lo que culea y se sale de su trayectoria. Pues eso era lo que acababa de pasar, su plan acababa de patinar en el asfalto.

    —Lo siento, joven. Pero no puedo atenderle en este instante, tengo una consulta con una alumna en este momento. —Me paré frente a él.

    —Lo sé, Sheila Fox. —Ahí advertí como su sonrisa de condescendencia tembló.

    —No entiendo.

    —Es usted catedrático, señor Harris, es una ecuación muy sencilla, seguro que puede resolverla. —Creo que estaba más cabreado por que se lo dijera un crío de 18 que por el significado de la frase.

    —Primero, debes dirigirte a mí con respeto. Y segundo, no tengo tiempo que perder en la estupidez que temo que vas a hacer. —Buen intento de intimidación. Con otro quizás habría funcionado.

    —Le he llamado señor, es todo el respeto que puedo ofrecerle. En cuanto al resto, tendrá que escucharme antes de determinar si es una perdida de tiempo o no.

    —Voy a llamar a seguridad.  —Cogió el teléfono para ponerlo en su oreja.

    —Meredith Kingsley. —Intentó disimular, pero su rostro se quedó pálido, como si de repente tuviese falta de riego sanguíneo.

    —No sé lo que pretende. —Entonces tendría que explicárselo.

    —El acuerdo que llegaron sus abogados la obligan a mantener en secreto lo de su aborto. Enviarla a estudiar a otra universidad fue una buena jugada, pero olvidó un par de detalles que pueden interesarle a la directiva universitaria. Ya sabe lo sensible que están con lo de proteger a las jóvenes que estudian en este campus, sobre todo después de lo de aquella trata de blancas que salió a la luz no hace mucho y que salpicó el nombre de esta institución. El comité de seguridad se tomó muy en serio su labor de proteger a las jóvenes que cursan estudios en este prestigioso centro.

    —Ve al grano. —El teléfono volvió a posarse sobre la mesa.

    —Manténgase alejado de Sheila Fox, o le haré llegar a la junta una copia de la factura que usted abonó en la clínica abortiva.

    —Yo no he…—Antes de que continuara le cerré la boca.

    —¿No dejó pistas? El dinero siempre las deja, señor Harris. Solo tuve que seguir la transferencia que usted ingresó en la cuenta de la joven. Esa misma cuenta desde la que se pagó ese servicio, y que da la casualidad, que costaba lo mismo que usted transfirió.

    —Eso tienes que demostrarlo. —Sus ojos ya tenían ese brillo asesino que buscaba. Si pierdes el control, pierdes la pelea, eso nos lo enseñó el tío Viktor.

    —Esto no es un juicio, señor Harris. Esto se trata de alimentar los rumores que ya circulan por el campus, de que le abran expediente, le retiren prudencialmente de las aulas, e incluso que pierda la cátedra. No hay que llegar a los tribunales, solo hay sembrar una duda razonable en la junta, y usted está fuera. —Noté como tensó su mandíbula.

    —Tienes lo que quieres, me mantendré lejos de tu…

    —Sheila Fox, y es mi prima. —Él tipo asintió con la cabeza

    —No me acercaré a tu prima. —¿Se pensaba que me iba a conformar con eso? Esto no es así de fácil.

    —Tampoco espero que haya algún tipo de represalia con sus notas, porque lo interpretaré como una declaración de guerra por su parte. —Harris apretó lo dientes.

    —No tomaré represalias contra ella, y tampoco contra ti. —Ahora sí que lo había entendido, pero no las tenía todas conmigo. ¿Quién dice que no intentaría borrar esa huella que yo había encontrado? ¿Quién dice que después no atacaría con mucha más saña a Sheila?

    —No me da miedo que lo intente conmigo, me gustan los desafíos. Supongo que será cosa de familia. Pero si un día decide venir a por mí, le estaré esperando. Y para que no se vuelva loco buscándome… Mi nombre es Kiril, Kiril Vasiliev. —Lo reconoció. Mi apellido tenía un gran peso en la institución, no solo por la sala de computación que llevaba ese nombre, y que había sido costeada por la familia, sino por lo dispuestos a lamernos el culo que estaban todos y cada uno de los rectores que habían pasado, o pasarán en el futuro por aquí. Cabrear a un benefactor como la familia Vasiliev, podría acabar con cualquier profesor dando clases en un suburbio de Río de Janeiro, por poner un ejemplo.

    —¿Vasiliev? —Podía escuchar los engranajes de su cabeza dando vueltas. Sheila se apellidaba Fox, no Vasiliev. Quizás el que dijera que era mi prima no le cuadraba, quizás pensara que era mi novia o que yo estaba interesado en ella, eso me daba igual. Si le mantenía lejos de ella, a mi me servía cualquier cosa.

    Y volviendo al principio de todo esto; fin de curso. Drake había encontrado un campamento paramilitar en Texas que iba a venirnos de perlas a los tres. A Luka para enredar con todos los trastos mecánicos y tecnológicos que le estaban vedados a un simple civil, al chico le molaban todas esas cosas que podía montar y desmontar con las manos. A mí para alejarme de la tensión que me producía estar constantemente apartando moscones de Sheila. No quería ni pensar lo que estaría pasando mi hermana en Miami, porque ella si que era una muñequita preciosa que llamaba la atención allí donde iba, sí, bueno, puede que sea devoción de hermano. Y bueno para Adrik, porque al menos conseguiríamos que cerrara la boca. Nada como ponerle un arma en la mano para hacerle callar, realmente se transformaba. Tanto Luka como yo necesitábamos ese descanso, y matarlo no era una opción viable para acabar con su parloteo, más que nada porque su madre me mataría. Aunque puede que su hermana nos hiciera un monumento.

    Tasha, acordarme de ella me hizo echarla de menos. Hacía tiempo que había desaparecido. Y aunque papá y el tío Viktor no dejaban de insistir en que ella se encontraba bien, no era lo mismo que poder comprobarlo con mis propios ojos. Ojalá regresara pronto.

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    17 Comments
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    17 Comments

  • Reply Yuliana 18/05/2020 at 7:06 PM

    Jaja «lo que se hereda,no se hurta » como dice el dicho es igualito a los vasilie.😍😍😍.

  • Reply Yesenia 18/05/2020 at 7:09 PM

    ame este capitulo, en verdad disfruto cada uno de tus libros

  • Reply Sary 19/05/2020 at 5:45 AM

    Me encanto, en este capítulo Tasha aún no está con ellos?

  • Reply Greter Calero 19/05/2020 at 5:55 AM

    Whioo donde se perdio tasha

    • Reply LUDYS 19/05/2020 at 7:03 PM

      Recuerdas que en el libro de ella, ella se va de casa, cambia de Universidad y de identidad para conocerse a ella misma, creo que la historia de Kiril se desarrolla casi al mismo tiempo que la de Tasha

  • Reply Ailicec 09/09/2020 at 8:55 PM

    Por favor como es esto posible estaba en adelanto de epilogo y hora solo está hasta el capítulo 10 como es que ocurrió esto

    • Reply Norelkys 10/09/2020 at 2:16 AM

      No entiendo porque no se puede ver el epílogo de kiril

  • Reply Arelis 10/09/2020 at 9:43 PM

    Hola yo estaca eh tu pagina leyendo Kiril y ahora no puedo… Alguien me puede explicar q pasó????

  • Reply Yako 10/09/2020 at 11:28 PM

    Que paso ya no está y yo que deje para leer de a dos capítulos juntos

  • Reply Ana Lith 11/09/2020 at 4:27 AM

    Hola cuando subes este libro por kindle es que no me gusta tener que pagar por libros por muchas plataformas,.

    • Reply Ceci Lucero 28/04/2021 at 7:36 AM

      Cuando se podrá leer en la plataforma Kindle

  • Reply Katty 13/09/2020 at 9:27 PM

    Que pena que tan pronto se cerrara. Justo lo comencé a leer la semana pasada y este fin de semana me encuentro con que no está disponible. Efectivamente no es caro, pero para comprar hay que tener tarjeta de crédito… Una pena, antes dejabas pasar unos meses antes de cerrar.
    Obviamente estás en todo tu derecho, pero no me dio tiempo

  • Reply María colque 14/09/2020 at 9:05 PM

    Q pena q no se pueda terminar de leer está historia

  • Reply G 18/09/2020 at 2:41 AM

    Que pena que no se pueda terminar. Los otros habían quedado un tiempo antes de sacarlos 🙁

  • Reply Tiffany 22/09/2020 at 5:12 PM

    Quería leer él epilogo pero ya no se pudo que pena que lo hayas quitado tan pronto

  • Reply G 26/09/2020 at 8:51 PM

    Por qué no lo subes unos días… una semanita 😉

  • Reply Tamara 28/09/2020 at 11:33 AM

    Es una pena que no pueda leerla , a partir del capitulo 38 no me salieron las actualizaciónes y ya no pude terminar la historia …

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Bienvenid@s a mi blog. Lo primero de todo, agradecerles su apoyo y fidelidad, pues es gracias a ellos, que he dado este salto: crear este punto de encuentro entre lectores y autor, donde podrán encontrar mi trabajo antes que en otras plataformas de lectura libre online. Si han llegado hasta aquí es porque ya me conocen, o han leído parte de mi trabajo. Para quienes me acaban de descubrir, solo decirles que soy una escritora de novela romántica, y que, en este espacio, al igual que ocurre en wattpad, podrán encontrar la mayoría de mis obras para poder leerlas libremente. Eso sí, les pediría que no plagien mi obra, ya que para mí supone un gran esfuerzo crear todo este material, y mucho más el ponerlo a su disposición. Además, que parte de ella, está protegida por los derechos de autor, ya que está inscrita en el registro de la propiedad intelectual. El objetivo de este blog es hacerles llegar, aunque de forma algo tosca, las historias que se acumulan en mi cabeza. Por eso espero que disculpen el que el material no esté pulido como sería propio de una gran escritora que presenta su obra al público. Pero no dispongo de nadie, como ocurre con otros autores, que se encargue de revisar, corregir y pulir mis escritos. Solo soy una sencilla persona con medios limitados, que intenta llegar a todas aquellas personas que desean disfrutar con las locas historias que pueblan esta cabeza inquieta. Si desean tener algunas de mis obras en formato físico, pueden hacerlo. Consulten en el enlace que encontrarán en la columna de la derecha. Sin más, espero que disfruten de mis escritos, que rían, lloren, se enfaden… pero, sobre todo, que terminen cada historia con una sonrisa en su cara, y con esa sensación de que, por un rato, se han evadido de la realidad para permitirse soñar conmigo. Sigan a mi lado, y les daré algo dulce, salado o picante, pero no demasiado, porque quiero que vuelvan siempre a por más.
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