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    Ruso Negro

    Capítulo 1 RN

    2 abril, 2019

    —Levanta esos pies. – El grito casi rugido de Nikolay llegó desde la esquina del ring. No se perdía ningún detalle de lo que sucedía dentro del cuadrilátero. Alguien en su condición buscaría un lugar con buena visión y se dedicaría a analizar todo, pero a mi hermano eso no le servía. Le gustaba estar cerca, escudriñar los pequeños detalles que a una distancia mayor le pasarían desapercibidos. Por eso estaba aferrado al poste de la esquina, sosteniendo su peso con sus aún fuertes brazos, y gritando como un maldito toca pelotas cada defecto que encontraba.

    —Deja de tocarme las narices. – Si hubiese sido antes, cuando todavía caminaba sobre sus piernas, le habría dicho que subiese y lo hiciera mejor. Pero ya no podía decírselo. No podía meterme con él como hacíamos antes, y tampoco podía ser condescendiente, porque él tampoco aceptaba esa mierda. Tres años atrás, puede que algo más, las cosas eran muy distintas. Yo sería el que estaría fuera del ring metiéndome en su forma de moverse, y él el que estaría aquí arriba.

    —Recuerda que no hay normas, Viktor. Puedes utilizar también las piernas. Tienes que fortalecerlas. – Y él sabía muy bien de lo que hablaba. Llegó como un incauto inocente desde las peleas legales, pensando que podía medirse con tipos sin ninguna o poca disciplina física. Pero se equivocaba en algo, no estaban en tan mala forma, y lo peor de todo es que tampoco se regían por ninguna norma. En la lucha clandestina no importa la técnica, la fuerza del golpe, o las horas que dediques a entrenar. Cuando peleas, lo único que importa es ganar. Pueden abuchearte por utilizar golpes bajos, por morder, por pegar con los codos o con las piernas, pero no te sancionarán o te retirarán de la pelea por ello. Lo único que importa es quedar en pie, hacer que el otro se rinda, o mejor que quede KO en el suelo. Fue un contrincante que usó sus piernas para hacerle caer el que lo puso en aquella silla, uno al que le gustaba demasiado ensañarse con sus contrincantes, uno que sabía perfectamente donde golpear y hacer daño.

    —Lo sé, lo sé. – Le di más energía a mis muslos para hacerme rebotar con más fuerza sobre mis pies. Acabaría pareciéndome a uno de esos canguros, incluso ya me parecía que tenía la cara de uno.

    —Eso es, más alto. – Mi puño derecho voló hacia el guante de mi esparrin, para luego enviar al izquierdo al mismo sitio con rapidez. Mi próxima pelea estaba cerca, y no podía permitirme bajar el rendimiento.

    —¿Cómo está mi campeón? – La voz chillona de Aldo llegó desde la mitad de la enorme sala del gimnasio, pero no me giré para mirarle. Primera norma de la lucha, nunca apartes la vista de tu contrincante.

    —¿Traes nuestras ganancias, Aldo? – Yo podía ganar las peleas, pero donde se sacaba el dinero era en las apuestas. Por eso estaba bien tener a alguien que apostara para ti, y ese era Aldo.

    —Si. Vengo a traerte lo tuyo. Este dinero me quema en el bolsillo, y ya sabes lo que pasa si no me lo quito de encima rápido. – Sí, ese era el problema de Aldo, que le gustaban demasiado las apuestas, y era capaz de apostar dinero que no fuera suyo si creía que había dinero fácil. Pero eran apuestas, nunca lo había.

    Escuché el chirrido que hizo la silla de Nikita cuando se sentó de nuevo sobre ella, síntoma inequívoco de que pensaba usar las manos. Si me guiaba por lo que ocurría las veces anteriores, Aldo estaría sacando un fajo de billetes de su escondite secreto y estaría depositando uno a uno sobre la mano de mi hermano. Dos montones, el suyo y el mío. Cada uno tenía sus propios gastos. Él deudas que cubrir del gimnasio y los gastos médicos. Yo, pagaba a la mujer que mantenía limpia nuestra casa, nuestra ropa y cocinaba para que no muriésemos de hambre. De momento también se encargaba de que Yuri fuese al colegio, y eso me libraba a mí de tener que estar pendiente del despertador todos los días. Las peleas clandestinas era lo que tenían, que tus horarios se volvían un poco nocturnos. Incompatibles con el horario escolar.

    En estos dos años había conseguido una bonita suma que necesitaba hacer crecer. Pero no la usaría en las apuestas, eso era pan para hoy y hambre para mañana. Un día te sonreía la suerte, y al siguiente le sonreía a tu contrincante. No, lo que necesitaba era encontrar un lugar donde invertir, un pequeño negocio que pondría comida en nuestra mesa mucho después de que dejara la lucha.

    Aldo me había hablado de un club de esos donde las chicas con poca ropa bailan delante de tipos por unos dólares. El dueño había tenido una mala racha con sus apuestas, y estaba buscando un socio o comprador para su negocio. No es que me atrajera demasiado ese mundo, pero el alcohol y las mujeres ligeras de ropa son mercancías que nunca pasarán de moda. Ahora que tenía dinero fresco, quizás me pasaría por allí a echar un vistazo.

    Lancé una sucesión de golpes contra mi esparrin que casi lo derribó. Era mi manera de decir se acabó por hoy, siempre me han gustado los finales apoteósicos. Me giré hacia las cuerdas buscando con la mirada a Aldo que ya había terminado de pagar a Nikita nuestras ganancias.

    —Eh, Aldo. ¿Cómo decías que se llamaba ese club? – Nikita levantó la cabeza hacia mí no muy contento. Para él no había sitio para ese tipo de diversiones. Debía dedicarme en cuerpo y alma a la lucha, porque era una novia exigente a la que no le gustaba compartir.

    —El Blue Parrot. Ya verás te va a encantar. Tiene unas chicas de lo mejorcito de la ciudad. Son limpias y algunas incluso bonitas. – Estaba claro que hablar de ello le traía buenos recuerdos.

    —Viktor…  — Empezó a amonestarme Nikita.

    —Oh, vamos, Niki. Deja que el chico se divierta, hoy no tiene pelea. Es un chico joven, soltar un poco de tensión viene bien de vez en cuando. – Defendió Aldo.

    —Sí, eso Niki. Soy un hombre joven, necesito soltarme un poco. – Sabía que no le gustaba nada que le llamaran Niki, pero yo estaba bien seguro detrás de las cuerdas del ring. Y me encantaba picarle de vez en cuando. No sé, parecía que le devolvía esa fogosidad que la silla de ruedas había domesticado.

    —Está bien. – Cedió. – Pero nada de alcohol, ni sustancias dañinas para tu cuerpo. – Lo habíamos hablado infinidad de veces. Él era muy estricto con ese tipo de cosas. No toleraba ningún tipo de drogas, ni siquiera toleraba el tabaco. Y en ese punto estaba totalmente de acuerdo con él. Ver a mamá tosiendo y fumando era una imagen que no podía borrar de mi cabeza. Ella decía que no podía dejar de hacerlo, incluso con sus pulmones a punto de colapsar, ella seguía consumiendo aquellos tubos de humo apestoso. Pero con el alcohol… era la única restricción que me saltaba de vez en cuando, pero nunca hasta el extremo de que mi cabeza se nublara en exceso.

    —Nada dañino para mi cuerpo. – Alcé una mano mientras mantenía la otra sobre mi corazón, ejecutando un perfecto juramento a lo boy-scout. Y no, no mentía. Un poco de alcohol no era dañino para el cuerpo, ni tampoco un poco de la otra diversión. Aunque el plan tampoco era ese, sino echarle un vistazo a un posible negocio.

    —Está bien. Ve a la ducha. – Nikita señaló el camino con la cabeza.

    No sé si con el resto de chicos que había tutelado había sido tan estricto, pero ser mi hermano le confería muchas más ansias de control. Creo que en realidad tenía miedo de que me descarriara y acabara en el mal camino. Desde que papá faltó había ocupado su sitio, por eso de ser el hermano mayor. Moralmente no me atrevería a quitarle ese puesto, pero económicamente yo era el cabeza de familia. Lo malo de eso es que con 24 años me había convertido en un hombre con la vida de un viejo, o al menos eso pretendía Nikita. Nada más lejos de mis intenciones. Soy joven, tengo derecho a disfrutar un poco de la vida de vez en cuando.

    23 Comments
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    23 Comments

  • Reply Nora 2 abril, 2019 at 7:13 pm

    Ohhh por Dios es magnífico.. besos…

    • Reply Shirley 2 abril, 2019 at 7:20 pm

      Lo triste de esto, es saber que él no tendrá su final feliz.

      • Reply karen 2 abril, 2019 at 8:53 pm

        cierto =C

      • Reply Italia 2 abril, 2019 at 8:55 pm

        Lo sé, lo único que me reconforta es que murió con su verdadero amor

      • Reply Kleo 3 abril, 2019 at 12:25 am

        RT aunque, creo, espero anhelo que viva a pesar de todo una linda historia de amor y sean felices el tiempo que puedan.

  • Reply Valeria 2 abril, 2019 at 7:43 pm

    Comenzamos bien, esta familia es única

  • Reply Mariana Yab 2 abril, 2019 at 8:12 pm

    Me encanto! Espero el siguiente cap con ansias ❣❣

  • Reply Liliana 2 abril, 2019 at 8:24 pm

    Me gusta va ser una hermosa historia

  • Reply karen 2 abril, 2019 at 8:52 pm

    esta genial, gracias por la nueva historia

  • Reply Maze 2 abril, 2019 at 9:46 pm

    Ay!😍 me encantaaaa
    De seguro mañana ya conocerá a Emy ❤❤❤

  • Reply Aurora 2 abril, 2019 at 9:46 pm

    Momento agridulce, por un lado emocionada porque estoy empezando a conocer la historia del ruso negro original y triste porque sé cuál es su final y sé que voy a terminar llorando porque me voy a encariñar mucho con él 😔

  • Reply M.A.Bogar 2 abril, 2019 at 9:58 pm

    Si mal no recuerdo… estos son los padres de la esposa de Moo… verdad? T~T

    • Reply Maze 3 abril, 2019 at 1:44 am

      Son los abuelos de Danny su madre era la hija de ellos

  • Reply Monse 2 abril, 2019 at 10:47 pm

    Vamos chicas hay que tener esperanza no quiero llorar tan pronto

  • Reply vale 2 abril, 2019 at 11:02 pm

    saber el final es horrible me gustaria si es posible que el final sea el de yuri o el tendra su propio libro bueno eso como quien dice ver su venganza y ver lo que dejo su hermano en enseñanza que origino en su vida.

  • Reply Yesenia 2 abril, 2019 at 11:48 pm

    ¡Ya lo amo!

  • Reply TamaKanellis 2 abril, 2019 at 11:59 pm

    Ohhh Nikita es el padre de Dani, la mujer de Moo, amo cada vez más a esta familia

  • Reply TamaKanellis 3 abril, 2019 at 12:06 am

    Oh el padre de Dani es Víctor, voy a ver el árbol genealógico

    • Reply Angie 3 abril, 2019 at 1:46 am

      Víctor sería su abuelo

  • Reply Carla 3 abril, 2019 at 3:18 am

    Wowww hace mucho tiempo queria el origen de la familia vasiliev y generalmente no comento pero esto noblo podia dejar pasar. Cada vez mas me enamora esta saga. Saludos iris😘😘

  • Reply Crismeri 3 abril, 2019 at 5:06 pm

    Me pueden explicar quien era viktor aquí?
    Estoy muy confundida

  • Reply Jennifer 4 abril, 2019 at 5:37 am

    Tengo miedo de leer esta historia se que lloraré mucho 😭 al final

  • Reply Mafe 4 abril, 2019 at 8:59 pm

    Alguien me puede refrescar la memoria y contar cual es su final?

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Bienvenid@s a mi blog. Lo primero de todo, agradecerles su apoyo y fidelidad, pues es gracias a ellos, que he dado este salto: crear este punto de encuentro entre lectores y autor, donde podrán encontrar mi trabajo antes que en otras plataformas de lectura libre online. Si han llegado hasta aquí es porque ya me conocen, o han leído parte de mi trabajo. Para quienes me acaban de descubrir, solo decirles que soy una escritora de novela romántica, y que, en este espacio, al igual que ocurre en wattpad, podrán encontrar la mayoría de mis obras para poder leerlas libremente. Eso sí, les pediría que no plagien mi obra, ya que para mí supone un gran esfuerzo crear todo este material, y mucho más el ponerlo a su disposición. Además, que parte de ella, está protegida por los derechos de autor, ya que está inscrita en el registro de la propiedad intelectual. El objetivo de este blog es hacerles llegar, aunque de forma algo tosca, las historias que se acumulan en mi cabeza. Por eso espero que disculpen el que el material no esté pulido como sería propio de una gran escritora que presenta su obra al público. Pero no dispongo de nadie, como ocurre con otros autores, que se encargue de revisar, corregir y pulir mis escritos. Solo soy una sencilla persona con medios limitados, que intenta llegar a todas aquellas personas que desean disfrutar con las locas historias que pueblan esta cabeza inquieta. Si desean tener algunas de mis obras en formato físico, pueden hacerlo. Consulten en el enlace que encontrarán en la columna de la derecha. Sin más, espero que disfruten de mis escritos, que rían, lloren, se enfaden… pero, sobre todo, que terminen cada historia con una sonrisa en su cara, y con esa sensación de que, por un rato, se han evadido de la realidad para permitirse soñar conmigo. Sigan a mi lado, y les daré algo dulce, salado o picante, pero no demasiado, porque quiero que vuelvan siempre a por más.
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